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Micología

Cuenca se prepara para vivir un buen otoño micológico

Tras unos años nefastos, desde la Asociación Micológica Conquense aseguran que por fin se dan todas las circunstancias favorables para que sea una temporada de diez
Cuenca se prepara para vivir un buen otoño micológico
Las buenas condiciones climatológicas han propiciado que ya puedan verse las primeras especies de níscalos y boletus en algunos puntos de la provincia.
23/09/2018 - Nuria Lozano

Las abundantes lluvias y unas temperaturas no excesivamente anormales, ni muy frías ni muy cálidas, han propiciado que se den todas las circunstancias favorables para un otoño micológico de lo más interesante, al que los amantes de esta actividad miran “con mucho optimismo y muchas ganas”.

Tras unas temporadas bastantes mediocres, por fin en este 2018 todo pinta bien para que los montes conquenses se pueblen de setas y hongos. El presidente de la Asociación Micológica de Cuenca, José Luis García, señala que “en teoría todo se presenta favorable, pero hay que esperar y ver qué ocurre más adelante porque pueden darse fenómenos imprevisibles como una ola de calor repentina o que las temperaturas bajen mucho en octubre y que todo se tuerza”.

Confiando en que esto no suceda, aficionados y expertos están ya deseando salir al campo. Algunos ya lo han hecho sobre todo por la zona norte de La Sierra, que es donde han aparecido los primeros ejemplares de níscalos y boletus.

Con todo, la temporada suele estrenarse hacia el 10 o 12 de octubre y se puede alargar incluso hasta finales de diciembre, como ha ocurrido en los últimos años.

“La temporada pasada fue muy mala, aunque se recuperó un poco al final y esperamos sacarnos la espinita, aunque nunca se tiene la certeza al cien por cien”, precisa García.

La Asociación, que lleva funcionando desde hace 25 años, ultima estos días su programa de actividades para estos meses, que concretará el próximo día 25 en la reunión de la Junta Directiva. Como es habitual, celebrará sus jornadas micológicas y además realizará charlas en institutos y colegios y a colectivos que así lo solicitan. “La demanda es enorme y trataremos de atender el mayor número de peticiones posible”, dice el presidente.

Asimismo, desde mediados de octubre y hasta que acaba la temporada, todos los martes de 19:30 a 21:00 horas, miembros de la Asociación están en el Centro Joven de la capital para atender cualquier tipo de consulta o para que los aficionados vayan con sus recolectas si tienen cualquier duda.

“Notamos que la afición por la micología va en aumento y nosotros queremos contribuir a difundirla”, asegura José Luis. Su espada de Damocles, sin embargo, sigue siendo el comportamiento incívico de mucha gente que no respeta la naturaleza, a pesar de estar en vigor una disposición de la Consejería de Agricultura que acarrea sanciones para aquellos que no sigan unas normas básicas y sencillas. “Es algo frustrante seguir viendo setas pisoteadas, basura, recolectas abusivas, o coches en sitios absurdos”.

Las autoridades competentes vigilan, controlan y sancionan cada temporada pero parece no ser suficiente.

Entre las reglas que contempla esta normativa se encuentran, por ejemplo, la de no recoger más de 5 kilos de setas por persona y día; no utilizar herramientas inadecuadas; recoger solo las especies comestibles o de uso medicinal; pedir el permiso correspondiente y pagar la tasa cuando se trata de cotos gestionados por ayuntamientos; o no recoger dos días antes de una batida de caza debidamente señalizada.

“Hacemos de nuevo un llamamiento al civismo, a no destruir, a no coger por coger... Esta actividad está ya regulada y nadie lo debe olvidar, porque quizá algún día pueden encontrarse a agentes del Seprona pesando la recolecta y enfrentarse una importante sanción”.

"La única clave es conocer la seta que vamos a llevar a la cocina y sus características"
Cuenca se prepara para vivir un buen otoño micológico

Recoger setas es una afición divertida y entretenida pero puede acarrear algún disgusto serio si no se conocen bien las especies. Como explica el presidente de la Asociación Micológica Conquense para diferenciar las setas buenas de las malas no hay reglas válidas. “La única clave es conocer la seta que vamos a llevar a la cocina y sus características”. Es decir, que hay que ir con mucho ojo y no fiarse de falsos mitos como que las setas comestibles son las que salen en la madera o que son aptas para el consumo si se las han comido las babosas. Como relata José Luis García, ambas especies, las comestibles y las venenosas, pueden salir en la madera y, en el caso de las babosas o gusanos “su organismo es muy distinto al nuestro y lo que a nosotros nos puede dañar a ellos no”. Entonces, ¿cómo diferenciarlas? Fácil: igual que sabemos que un tomate es un tomate o una manzana una manzana, dice este experto contundente. “Nadie debe aventurarse a comer un hongo que no conoce o ante la más mínima duda. Lo mejor es acudir a los servicios de Consumo que realicen un examen o a los micólogos que hay por la provincia”. Por cierto, que todas las setas más peligrosas están en territorio conquense y hay que tener algo muy presente: la toxina y que están muy buenas de sabor, por lo que el peligro es doble.

Ante la sospecha de una intoxicación por la ingesta de setas u hongos las autoridades sanitarias recuerdan que hay que ir de inmediato a un centro de salud ya que la celeridad en el diagnóstico y la rapidez en el tratamiento pueden modificar el curso de la enfermedad, que en ocasiones puede conducir a la muerte. Los síntomas más habituales de una intoxicación de este tipo son alteraciones digestivas con vómitos, dolor abdominal y diarrea con sialorrea y descarga acuosa nasal, intensa vasodilatación con rubor facial, náuseas, sudoración, parestesias, sabor metálico, taquicardia e hipotensión.