La provincia de Cuenca afronta una de las mejores campañas de almendra de los últimos años. La producción será similar a la de 2023 pero el fruto será de una calidad y gramaje excepcional. Así lo pone de manifiesto el gerente de la Agrupación Castellanomanchega de Productores de Frutos Secos, el conquense Fernando Pinedo, quien apunta que las lluvias de la última semana han favorecido a este cultivo antes de su recolección, que está prevista para finales de agosto y septiembre. “Si vuelve a llover en los próximos meses habrá una cosecha muy buena”, recalca.
Las primeras estimaciones apuntan a que se recogerán, al igual que el año pasado, unas 4.000 toneladas de almendra, aunque en esta campaña la calidad será superior. “El tamaño de la cáscara es muy bueno, solo falta que el fruto crezca todo lo necesario”, apostilla Pinedo.
En la provincia hay en total 24.000 hectáreas de almendros. De ellas, 23.000 son de secano y 1.000 de regadío, y su rendimiento máximo es de 5.000 toneladas. Si bien, este año se recogerán mil toneladas menos a consecuencia de las heladas, las lluvias, enfermedades y plagas que han afectado a algunos árboles.
Las heladas de finales de abril perjudicaron a las variedades extratardías que se encontraban en plena floración. “Normalmente suelen salvarse, pero esta vez les ha pillado recién cuajadas”, explica el gerente. Por el contrario, variedades tempranas como largueta tendrán muy buenos resultados.
Las precipitaciones abundantes de esta primavera perjudicaron también la polinización, puesto que las abejas no vuelan cuando llueve. Además, enfermedades como la monilia, que prolifera con humedad ambiental elevada, han propiciado esa merma.
Otra de las plagas más comunes es la avispilla, aunque cada vez los agricultores la controlan mejor gracias a las trampas. Si bien, en ecológico es más difícil de atajar porque “no hay tratamientos que sean eficaces”.
Con todo, habrá que esperar a que finalece la recolección para cuantificar las pérdidas.
PRECIOS
Respecto a los precios, las comunas como guara se pagarán a entre 3 y 3,20 euros el kilo, largueta en torno a 4 euros y la ecológica sobre 5,40 euros. Cuantías que nada tienen que ver con las que llegaron a abonarse hace unos años cuando, por ejemplo, la ecológica alcanzó los 8,50 euros el kilo. “Han bajado muchísimo los precios, pero los costes han subido, estamos al límite de la rentabilidad”, alerta el gerente de la Agrupación Castellanomanchega de Productores de Frutos Secos. En su mayoría, la almendra conquense se exportará a países como China, Alemania, Francia o Estados Unidos.
Con todo, la superficie destinada a este cultivo sigue creciendo en la provincia, aunque mucho más despacio que hace siete años, momento en el que la almendra vivió un auténtico ‘boom’ a consecuencia de la crisis del almendro en California. “Cada vez se planta más ecológica porque es la más rentable”, concluye Pinedo.