La provincia de Cuenca cerró el año 2023 con una subida de precios del 2,9%, impulsado principalmente por los alimentos y bebidas que se encarecen un 6,7%, y las bebidas alcohólicas y el tabaco un 3,2%.
Los datos del Índice de Precios al Consumo (IPC) publicados este viernes muestran también una fuerte inflación otros subsectores como la enseñanza que aumenta su coste en un 6,2%, los restaurantes y hoteles en un 4,7% y los muebles y artículos del hogar con un 3,9%.
Por otro lado, se reducen los costes de la vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles un 6,5%. Es precisamente el hecho de que los costes energéticos estén bajando lo que produce que la inflación en la provincia haya bajado al 2,9% con respecto al dato del mismo mes en 2022.
De hecho, como suele ocurrir en la provincia, este descenso de los costes energéticos, al ser una provincia con menos tejido productivo, tiene una mayor influencia en el IPC y esta bajada hace que Cuenca tenga un Índice de Precios al Consumo Interanual más bajo que Castilla-La Mancha (3,4%) y España (3,1%).
Desde la patronal conquenses llaman a controlar la inflación como uno de los principales obstáculos que tiene el desarrollo empresarial, ya que tiene un efecto negativo tanto en le tejido productivo como en las familias.
Eso sí, reconocen que los precios tienden a moderarse porque, según señala el Índice de Precios al Consumo del Instituto Nacional de Estadística, 2023 muestra una inflación del 2,3%, mientras 2022 creció un 5,7% y en 201 un 6,5%.
Además, en el último mes del año, pese a ser diciembre tradicionalmente consumista y con incremento de precios en muchos sectores, el crecimiento ha sido nulo.
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