“Es una experiencia muy bonita, entrañable. Lo que más enternece el corazón son los niños. Son muy cariñosos. Es lo que más emociona”. Estas son las palabras del traumatólogo Luis Enrique Hernández Castillejo -de 37 años, natural del municipio conquense de Ledaña y que actualmente vive a caballo entre Cuenca, Albacete y Madrid- quien ha viajado a Camerún este mes de febrero de la mano de la ONG Cirujanos Ortopédicos de España para el Mundo (COEM), que presta atención en el ámbito de la cirugía ortopédica y traumatología.
El conquense ha formado parte de una expedición de personal sanitario que se ha desplazado del 7 al 16 de febrero a la población de Dschang, situada al oeste de Camerún, donde la ONG ha ido llevando “con mucho esfuerzo” material a lo largo de años para conformar un servicio de traumatología en el que se pasa consulta y se lleva a cabo actividad quirúrgica relacionada con la cirugía ortopédica y traumatología.
Paralelamente a la dotación de material, también se ha trabajado en la formación del personal sanitario local. El doctor detalla que se tratan fracturas, deformidades de niños y, aunque con menos frecuencia, patologías artrósicas, entre otras dolencias.
Lo que más ha llamado la atención a este médico conquense es que han atendido a pacientes con patologías que en nuestro país ya no se ven como deformidades que en su día no se trataron y se han complicado. El profesional cita como ejemplo su sorpresa por un caso de una fractura de fémur que lleva diez años sin pegar.
“Cada día se hacen unas 25-30 curas diarias”, apunta, explicando que un peor control de las heridas hace que las dolencias de algunos pacientes avancen mucho más.
Según cuenta Hernández Castillejo, uno de los puentes fuertes de la labor desarrollada por COEM es la regularidad de sus expediciones, ya que viajan todos los meses para atender a los pacientes y darle continuidad al proyecto.
Durante nueve días, trabajan de forma intensiva y en jornadas maratonianas para tratar al mayor número de personas posible. Frente a los viajes anuales o cada varios meses que se organizan desde otras entidades no gubernamentales, las expediciones mensuales de COEM permiten un mejor seguimiento de la evolución de los pacientes y una actuación más rapida en caso de que se haya producido alguna complicación. Además, esto también facilita que los profesionales puedan compatibilizar estos desplazamientos con sus vidas personales y laborales al tratarse de viajes de pocos días.
“Yo llevaba dos años pendiente de poder ir a Camerún”, explica, concretando que el trabajo lo desarrollan en el hospital Centre Catholique Nôtre Dame de la Santé, que está gestionado por las Sirvientas de María instaladas en Batsengla. “Es un sitio escondido en el mundo”, relata el profesional conquense.
Además del tratamiento de pacientes, también llevan acciones de salud pública en la población, concienciando a los niños en el colegio sobre la importancia de lavarse las manos, y trabajando otras cuestiones como la higiene en la alimentación en un lugar en el que no hay hambrunas pero hay malnutrición.
“Hemos podido visitar a la población y ver cómo se vive allí. Fuimos al colegio y nos contaron cómo funcionan”, relata este médico, que destaca especialmente la figura del traumatólogo Tomás Epeldegui, uno de los fundadores de COEM.
A nivel personal, asegura que “la experiencia es muy recomendable” aunque supone un “choque” al confrontar un sistema sanitario avanzado con uno con mucho por hacer. De todas formas, subraya todo lo que se ha logrado en este pequeño hospital para mejorar la salud de las personas.