Grecher García de 25 años y Youmel Loran de 34 decidieron emigrar de Cuba a España en busca de una vida mejor para su hija Elisabeth, y a ellos se sumó la hermana de la mujer, Greisy García, de 19 años. Los cuatro emprendieron un viaje “ilusionante” que tiene como destino final la localidad conquense de Belmonte. Un sueño hecho realidad que no hubiera sido posible sin el respaldo del Proyecto Arraigo, la entidad que les ha guiado en todo el proceso y les ha dado la oportunidad de escribir un nuevo capítulo en el libro de su vida.
Todo empezó con una búsqueda en Google. Y es que, la familia cubana llevaba tiempo pensando diferentes fórmulas para poder establecerse en nuestro país. Encontraron la web de Arraigo por casualidad y, aunque al principio pensaron que podría ser una estafa, pronto descubrieron que ese era el camino a seguir para lograr su propósito. A partir de ahí comenzaron los contactos y entrevistas con el personal del Proyecto Arraigo en Cuba y finalmente fueron seleccionados. Todo el proceso arrancó en junio y el 13 de septiembre aterrizaron en la Península. “Todo fue muy rápido, no nos lo podíamos creer”, explica Grecher García.
Al llegar a Belmonte parecían estar en una nube porque, ya no solo es que el pueblo los arropó con todo el cariño del mundo, es que, además, tenían a su disposición una vivienda en alquiler y la hermana menor ya tenía asegurado un empleo como camarera en uno de los restaurantes de la localidad. “Todo es tan perfecto que es difícil de creer”, dice Greisy. Verónica Rebollo es la propietaria de La Cochera, el negocio de restauración en el que está trabajando Greisy. Fue ella misma quien contactó con el Proyecto Arraigo para ofertar un puesto de trabajo porque “quería dar esa oportunidad igual que en su día me la dieron a mí”, recuerda. Y, aunque los comienzos siempre son duros, Verónica y Greisy están remando en la misma dirección para lograr llevar el restaurante a buen puerto. “Lleva apenas un mes y tanto ella como yo estamos poniendo de nuestra parte para que aprenda todo lo necesario”, dice la propietaria. Ente sentido, Greisy está aprendiendo a tratar con el público, a tomar las comandas y mantener el orden en la barra, entre otras tareas. Si bien, esto no es algo nuevo para la joven puesto que en Cuba cursó estudios de Gastronomía.
Encontraron por casualidad información del Proyecto Arraigo a través de internet y en apenas tres meses organizaron su viaje a EspañaSu hermana mayor, por otro lado, está tratando de homologar su título de enfermera para poder empezar a trabajar a la mayor brevedad posible. Grecher está especializada en Cuidados Intensivos Cardiovasculares de Pediatría y está “muy ilusionada” por desarrollarse profesionalmente en España. Si bien, el proceso burocrático está siendo “bastante tedioso” porque las autoridades cubanas “quieren retener el talento y evitar que el personal cualificado se vaya”. No obstante, los trámites ya están en curso. Su marido, Youmel es músico y también está tratando de encontrar trabajo en Belmonte o su comarca.
Ahora les toca acostumbrarse a su nueva vida, a la tranquilidad de Belmonte frente al bullicio de La Habana. Eso sí, en ningún caso dejarán de trabajar para lograr sus sueños que no son otros que poder ayudar económicamente a su familia que continúa viviendo en Cuba, aunque también tienen en mente visitar Valencia y Madrid donde tienen varios primos. “Vamos poco a poco, pero estamos muy felices aquí y muy agradecidos porque hemos llegado a un país nuevo y tener a alguien que te da la mano y te acompaña no te hace sentir solo, aunque extrañemos a nuestra familia. Es difícil dejarlos atrás pero merece la pena”, cuenta Grecher.
NACIONALIDAD
Para entender la historia de esta familia es necesario tener en cuenta que las dos hermanas tienen nacionalidad española porque uno de sus abuelos era español, de Galicia, y eso ha sido un gran punto a su favor. “Si nuestro abuelo estuviera vivo estaría muy contento de ver a sus nietas aquí, en su país”, comentan ambas. Sin embargo, desde Arraigo están ayudando a Youmel a conseguir la documentación para que pueda empezar a trabajar. “Son gente profesional, muy cualificados que pueden hacer cosas por nuestros pueblos”, señala Eva García técnico del Proyecto Arraigo en Belmonte. “Todos salimos ganando. Yo creo en el Proyecto Arraigo porque veo que es algo tangible, no se habla de la repoblación en etéreo, es una realidad”, recalca.
SINERGIAS
Además, la técnico hace hincapié en la importancia del trabajo en equipo puesto que para que la repoblación sea una realidad tanto administraciones como la sociedad civil deben ir de la mano. Y es que, las instituciones pueden facilitar todos los trámites, pero son los propios vecinos y vecinas los que dan empleo y ponen a disposición de los nuevos pobladores viviendas en alquiler. “Si quitas una de las patas, la mesa no se sostiene”, explica metafóricamente.
Por su parte, la alcaldesa de Belmonte, Cristina Delgado, celebra la llegada de estas cuatro personas a la localidad y más, teniendo en cuenta que entre ellos hay una niña de un año. “Nos sentimos muy afortunados y orgullosos de que hayan elegido nuestro pueblo”, dice. Del mismo modo, reconoce que “se han integrado muy bien, los vecinos los han acogido con los brazos abiertos y que vengan con niños gusta mucho porque son sinónimo de futuro y nos permiten mantener servicios que en otros municipios ya no existen”, subraya. Si bien, aprovecha la ocasión para hacer un llamamiento a los belmonteños puesto que para seguir atrayendo nuevos pobladores es necesario tener oferta de viviendas en alquiler. “La gente es un poco más reacia en este aspecto a pesar de que el Proyecto Arraigo tiene un seguro para los arrendadores”, recuerda.
Con todo, García adelanta a Las Noticias de Cuenca que esta misma semana ha llegado a Cardenete una familia con dos niños y en los próximos días una nueva familia cubana aterrizará en España, pero esta vez su destino es Castilla y León. “Creo que este año va a ser muy bueno porque ya llevamos un año de rodaje, los pueblos ya nos conocen y están viendo que sí, que la repoblación es una realidad”.
Además, los vecinos y vecinas de la provincia de Cuenca están cada vez más familiarizados con este proyecto y ven que está dando frutos. “Hay pueblos en los que se han vuelto a abrir colegios porque han llegado familias con niños y niñas y eso es positivo para todos”, apunta.
Con la llegada de Grecher, Youmel, Elisabet y Greisy, Belmonte se suma a la lista de municipios conquenses en los que ya hay familias arraigadas. Una lista que continúa creciendo.