El número de fallecidos bajó en la provincia pasando de 2.500 muertes a 2.436, un leve descenso que se acentúa más en mujeres que en hombres. Sin embargo, las causas de fallecimiento más habituales vuelven a ser las enfermedades que afectan al sistema circulatorio y respiratorio, ambas significan el 40 por ciento de las muertes en la provincia.
Según apunta el último estudio del Instituto Nacional de Estadística, solo en 2018 Cuenca contabilizó 687 defunciones debidas a enfermedades en el sistema circulatorio y 327 por enfermedades en el sistema respiratorio. Causas que durante este mismo periodo se cobraron a nivel regional cerca de 20.000 muertes.
Por otro lado los tumores siguen siendo culpables de gran parte de las muertes, especialmente el de traquea y pulmón aunque éste desciende en torno a un 20 por ciento en el último informe anual, afectando en su mayoría a hombres. Un 87 por ciento de los fallecidos fueron varones por el 13 por ciento de mujeres.
En comparación con el informe anterior, se obtienen datos positivos como la ausencia de muertes por SIDA, VIH o hepatitis vírica. Destaca también el daro de cero muertes por agresiones (homicidios), siendo Cuenca la única provincia castellano-manchega con este dato. Tampoco hubo que lamentar defunciones por tuberculosis, por primera vez en este informe.
En definitiva, la provincia reduce sus muertes y la prevención se convierte en el mejor arma contra la gran mayoría de causas. Tras Guadalajara, Cuenca es la provincia regional con menor número de fallecimientos.
