Al final, las buenas previsiones de campaña que contemplaban los productores de lenteja de la provincia de Cuenca para este año se han tornado en los peores augurios. Y es que la cosecha se ha visto reducida en un 40 por ciento con respecto a las estimaciones iniciales. Detrás de este giro de 180 grados se encuentran dos claros factores meteorológicos, por un lado y en especial, el rocío en la recta final de campaña y, por otro, las lluvias del mes de junio, tal y como recalca el presidente de la Asociación de Lenteja de La Manchuela Conquense (ALEMACON), José Ramón Núñez, quien lamenta que, de esta manera, los productores conquenses estén afrontando el segundo año consecutivo con una mala cosecha.
PRODUCCIÓN
La producción media se ha situado en torno a los 500 kilos por hectárea, por debajo, incluso, de la campaña del año pasado, que, según subraya, ya de por sí fue nefasta por el efecto de la roya, que hizo estragos en las explotaciones y redujo el rendimiento medio a los 600-700 kilos por hectárea. Hongos que también han hecho acto de presencia este año, si bien, tal y como aclara Núñez, de manera puntual en algunas explotaciones. El principal problema, sin duda, ha sido ese rocío matinal en la recta final de la campaña, que, según remarca, ha hecho que la producción sea un 45 por ciento inferior a la de un año normal en nuestra provincia, que oscila entre los 800 y los 1.000 kilos por hectárea.
Pero, por si fuera poco, las precipitaciones registradas durante el mes de junio, coincidiendo con las tareas de recolección, vinieron a rematar la situación, tal y como lamenta el presidente de la Asociación de Lenteja de La Manchuela Conquense, quien explica que “estas lluvias cayeron cuando la planta ya estaba cortada y pendiente de trillar, por lo que al mojarse la lenteja se estropeó bastante, a lo que se unieron las muchas caídas en el suelo”.
Todo ello ha llevado consigo una pérdida de color del producto, lo que ha ido en detrimento de su calidad final, lo que, sin duda, preocupa bastante a los productores por las posibles dificultades que puedan generar a la hora de darle salida en el mercado.
PRECIOS
Y es que, tal y como indica Núñez, la situación del mercado no es precisamente la más propicia para la venta. De hecho, indica que la lenteja ahora mismo no tiene ni precio, puesto que prácticamente no se han llevado a cabo operaciones de compraventa, al menos en la zona de La Manchuela.
Con este escenario tan complicado, los productores conquenses temen lo peor y sospechan que los precios vuelvan a caer a niveles del año pasado, cuando se situaron entre los 0,30 y 0,35 euros por kilo, aunque al final de campaña se llegaran a vender algunas partidas a 0,40 y 045 euros, pero, eso sí, no directamente desde la cosechadora, sino una vez trillada.
Cifras en todo caso que, a su juicio, pondrían en riesgo, un año más, la rentabilidad de las explotaciones de esta leguminosa, porque, tal y como remarca, “todo lo que sea vender por debajo de los 60 céntimos son pérdidas seguras para el agricultor”.