Las altas temperaturas y la escasez de humedad agudizan el riesgo de incendios forestales en el inicio de la campaña de alto riesgo que arrancaba el 1 de junio. En la provincia de Cuenca son medio millar de personas y más de medio centenar de medios entre terrestres y aéreos los que esta campaña plantarán cara al fuego, y sobre todo, trabajarán para evitarlo. Lograrlo o no depende de muchos factores que van desde las condiciones meteorológicas, al nivel de alerta y la responsabilidad ciudadana, pero también del conocimiento técnico y científico, de la coordinación, planificación, evaluación de riego y estrategia a seguir.
Y aquí es donde entra el COP, el Centro Operativo Provincial de lucha contra incendios forestales, en cuya sala (desde el 1 junio al 31 de octubre) técnicos y emisoristas trabajan las 24 horas del día, en tres turnos. Aunque el trabajo, con menos intensidad, eso sí, se realiza a lo largo de todo el año. De hecho, en invierno el centro recibe una media de dos avisos diarios.
Los medios técnicos y humanos del Plan Infocam para mejorar la respuesta han ido aumentando en este sentido, lo que permite no solo una mayor eficacia en la extinción de incendios, también “evitarlos” o en todo caso “que se queden en pequeños conatos”, señala Pepe Almodóvar, director técnico especialista en extinción que es uno de los ingenieros de montes que está de guardia en el COP de Cuenca, desde donde se trabaja en coordinación con todo el dispositivo para dar una respuesta ágil y eficaz en el abordaje de los incendios forestales que se producen en la provincia, una de las más sensibles al fuego, puesto que no hay que olvidar que ocupa el quinto lugar a nivel nacional en superficie forestal.
Movilización del dispositivo
La imagen que todos tenemos en la retina cuando se produce un incendio forestal es la del personal de extinción que trabaja en primera línea, pero la movilización del dispositivo de lucha contra los incendios forestales comienza en el COP. Aquí se reciben los avisos y la información que los técnicos especialistas necesitan para evaluar el siniestro y tomar la decisión de cómo y con qué medios atajarlo.
Coincidiendo con el inicio de la temporada de alto riesgo de incendios forestales, desde Las Noticias de Cuenca hemos querido conocer de cerca cómo es el día a día en el Centro de Operaciones Provincial.
El jefe de Servicio de Montes y Espacios Naturales, José Antonio García Abarca, que junto al director operativo, Pepe Almodóvar, mantiene un encuentro de trabajo con el delegado provincial de la Consejería de Desarrollo Sostenible en Cuenca, Rodrigo Molina, nos cuenta que todo comienza con el aviso de fuego que reciben por parte de las torres de vigilancia que se encuentran diseminadas por toda la provincia, por el Servicio de Emergencia 112 de Castilla-La Mancha, la Guardia Civil o la ciudadanía. Los técnicos evalúan los parámetros de riesgo y “empezamos a enviar más medios en función de la información que vamos recibiendo pues vamos incrementando y si fuera necesario un refuerzo contactamos con el centro regional e incluso con un centro nacional si así lo requiere el siniestro”.
Los Sistemas de Información y Seguimiento, como el FIDIAS, actualizado en tiempo real por parte del personal del centro, es una herramienta“fundamental” para poder atajar con precisión los siniestros que se producen, y también sistemas como el Índice de Propagación de Incendios (IPP) que cada día reciben desde el Centro Operativo Regional (COR) un índice que marca la potencialidad del fuego y permite acercarse a una aproximación del comportamiento del incendio. Asimismo es fundamental el seguimiento continuo de los cambios meteorológicos.
Otros factores
Otros factores que se tienen en cuenta en la evaluación del aviso de incendio es su ubicación, “no es lo mismo en una zona más agrícola que en netamente forestal, de monte arbolado, o de matorral. En función de todo eso se hace una valoración y se movilizan los medios”, especifica Almodóvar.
Con todo, García Abarca matiza que ante cualquier aviso hay establecido un protocolo de despacho automático, es decir una vez que salta la alarma y se comunica al retén afectado o a la patrulla móvil, que sale inmediatamente. “Están en su zona de despacho y la espera es cero”.
Una vez sobre el terreno, el responsable de extinción hace las peticiones al COP, desde donde se adoptarán las decisiones pertinentes para, que de forma global, se pongan en marcha todos los mecanismos de planificación que consigan reconducir la situación y atajar el siniestro con el mínimo riesgo para las personas y bienes que se quieren proteger.
De ahí que José Antonio García Abarca aplauda la decisión de la Administración regional con el refuerzo de la estructura de personal técnico, una de las principales novedades de la campaña de este año que a su juicio “es fundamental para los que están en primera línea puedan trabajar con seguridad y con eficacia”. De los 21 especialistas de apoyo en la coordinación y extinción que se han contratado este año, tres vienen a Cuenca.
Asimismo, destaca que la coordinación es “vital” en la lucha contra el fuego. Y lo es tanto con el operativo provincial como regional o nacional. “Los incendios no distinguen barreras, tenemos que trabajar de forma unificada y coordinada con la Dirección General, con nuestro Centro regional, sobre todo para desplazar medios tanto terrestres como aéreos, especialmente estos últimos porque son los que menos tiempo tardan en acceder a grandes distancias y son verdaderamente necesarios cuando tenemos grandes incendios”.
En este sentido, el delegado provincial de Desarrollo Sostenible incide en la importancia que tiene la coordinación de emergencias que se realiza en el Comité Asesor del Plan Infocam, que precisamente se reunían este jueves en Cuenca para coordinar el dispositivo de emergencia en el que toman parte diferentes administraciones y entidades.
Junto al trabajo de coordinación y planificación en la extinción de incendios, otra de las funciones importantes del COP es la prevención. Y en este sentido, Molina ponía el acento en la importante tarea que se realiza a lo largo del año con la limpieza de montes o el arreglo de caminos para ayudar a esta tarea.
En el primero de los casos señala que el Gobierno de Castilla-La Mancha limpia cada año en Cuenca más 2.000 hectáreas de monte a través de la empresa pública GEACAM, que se suman a las 3.000 que limpian los ayuntamientos con las ayudas de la Consejería de Desarrollo Sostenible.
Además, cada año se crean áreas de cortafuegos, “franjas de limpia de bosque a lo largo de caminos y carretera donde estratégicamente vemos que se pueden frenar un incendio”. En lo que respecta al arreglo de caminos, el esfuerzo de este año ha sido espectacular y es que prácticamente ha doblado al pasar de 50 a 90 kilómetros en la provincia.
Los avances tecnológicos en materia de meteorología permiten casi ir a la caza de los rayos cuando hay sospecha de una tormenta seca
A estos trabajos de prevención que se realizan a lo largo del año se suma el seguimiento meteorológico que desde el COP se realiza para prevenir los incendios causados por los rayos, que en el caso de Cuenca han llegado, en ocasiones, a causar el 50% de los incendios. Si bien, Almodóvar destaca que en los últimos años se ha experimentado un gran avance tecnológico en este sentido que casi les permite ir a la caza de los rayos.
“Tenemos una información muy certera de dónde caen los rayos y eso nos permite ir a la búsqueda cuando sospechamos que se trata de una tormenta seca”, apostilla García Abarca, quien destaca que cada mañana con medios terrestres e incluso aéreos se supervisan las zonas susceptibles.
“Las tormentas son por la tarde al anochecer, los rayos suelen aparecer a media mañana del día siguiente o a los dos días y si tenemos ya cartografiados dónde han caído pues es una ayuda muy importante”. Esto, dice, permite que muchos de los siniestros causados por tormentas eléctricas se queden en conatos.
Eso sí, el delegado provincial de Desarrollo Sostenible destaca que todo este esfuerzo no podrá alcanzar los objetivo que se persiguen si la ciudadanía no colabora. Luchar contra los incendios forestales “es cosa de todos”, como reza la campaña de sensibilización que ha lanzado este año el gobierno regional. Y es que como recuerda Molina, el 90 por ciento de los incendios forestales los causa la acción irresponsable o negligente de las personas, por lo que hace una llamada a que se extremen las precauciones en el medio natural.