La producción ecológica se encuentra en estos momentos en pleno proceso de expansión tanto a nivel nacional como internacional, los productos con certificación de producción y elaboración ecológica suponen un importante volumen de negocio ante el crecimiento de la demanda de este segmento de vinos que han crecido como la espuma en los últimos años.
Esa creciente conciencia medioambiental, ligada a una alimentación saludable, tan de moda en la actualidad, hace años que se viene promoviendo en bodegas como ‘Zagarrón, de Mota del Cuervo, donde hace casi dos décadas que –coincidiendo con la reestructuración varietal– apostaron por la sostenibilidad del viñedo manchego, el cuidado del medio ambiente y la conservación de la tradición vitivinícola de la zona.
Desde entonces hasta ahora la elaboración de vinos ecológicos no ha cesado en la bodega moteña y en la actualidad dedica el 20 por ciento de su producción –que asciende aproximadamente a 5 millones de litros- y la intención, es seguir creciendo y aumentando esta línea que comercializan bajo la marca ‘Sandogal’ con nuevos productos.
En la actualidad la gama ecológica de esta bodega se compone de cuatro líneas de vino para todos los gustos. Están numerados del 1 al 4 y muestran una imagen fresca y en consonancia con la naturaleza de la zona.
Así junto a plantas y mariposas, no falta el característico flamenco del complejo lagunar de Manjavacas o la emblemática perdiz roja de La Mancha. Cuatro opciones: airen-verdejo; sauvignon blanc; tempranillo-petit verdot, y un crianza tempranillo, con marcado carácter y diferentes bouquet y sensaciones que buscan llegar tanto a los amantes como a los principiantes en el apasionante mundo del vino.
Pero además, en consonancia con el cambio en las tendencias de consumo, la cooperativa Nuestra Señora de Manjavacas, una de las más innovadoras de la provincia, da un paso más en su conquista de todos los segmentos del mercado y se suma al a creciente demanda de los vinos desalcoholizados.
“Es una de las líneas de trabajo más interesantes que estamos desarrollando en estos momentos”. Dice Fuentes, que aclara que aún se está en fase de investigación”, aunque ya se comienza a planificar la fuerte inversión que será necesaria para adaptar las instalaciones a la elaboración de estos vinos que están revolucionando el marcado.
REDUCIR EL IMPACTO MEDIOAMBIENTAL
Por otro lado, el gerente de la cooperativa de Mota del Cuervo señala que la bodega también está desarrollando más la línea ecológica. Entre otras, con medidas como, por ejemplo, la reducción del grosor de la botella, con lo que se busca reducir el impacto ambiental. De la misma forma, también se ha cambiado el cierre para que sea más sostenible.
En definitiva una línea más ecológica, que ademas mejora la imagen de botellas “que pensamos que son más interesantes” puesto que se adaptan mejor a todos los gustos. El trabajo se completa con un cambio en el packaging para atraer más la atención del consumidor.
Estos son los principales proyectos que tiene en marcha en estos momentos la cooperativa moteña, que ya prepara el próximo reto a corto plazo: desarrollar el cálculo de la huella de Carbono, un identificador que mide la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, que se generan en el proceso de producción y elaboración de los vinos.
El aumento del embotellado es otro de los retos que se han marcado pero esto es algo que camina “a su ritmo” lentamente, puesto que la prioridad en estos momentos está “es vender los graneles al mejor precio y llegar a todos los rincones, porque es de lo que hoy por hoy vivimos”.
"Hacemos clientes nuevos continuamente y no paramos de investigar nuevos sitios y nuevos vinos"
Estados Unidos, Canadá, China, Japón, África o países europeos como Europa, Alemania, Francia, Suecia, Bélgica y Polonia, entre otros, son algunos de los lugares a los que llegan los vinos de la cooperativa Nuestra Señora de Manjavacas, de Mota del Cuervo. Una bodega muy activa en los graneles. “Hacemos clientes nuevos continuamente. Y no paramos de investigar nuevos sitios y nuevos vinos”, destaca Fuentes, que cuenta que el 85 por ciento de la producción se va al mercado internacional.
“El mercado local es algo que para nosotros no tiene mucho peso, es en el exterior donde estamos volcados y hacia donde destinamos grandes inversiones para poder llevar vino al mundo entero en las mejores condiciones. Ese es nuestro caballo de batalla”, Señala.
Mientras tanto, la bodega moteña no deja de investigar y de avanzar en la mejora de su amplia variedad de vinos. Afrutados, con cuerpo, envolventes, modernos... en definitiva: a la altura de los nuevos tiempos que se abren para un sector tan importante en nuestra provincia y región como es el vino.