Castilla-La Mancha, con 36,56 donaciones de sangre por cada mil habitantes, se sitúa algo por debajo de la media nacional, pero los conquenses siguen teniendo un “sobresaliente en donación”, según el presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Cuenca, Luis Miguel del Pozo, ya que en los últimos años se vienen superando los objetivos del banco de sangre, con más de 7.000 bolsas extraídas de media (7.221 en 2016 y 6.958 en 2015), con 1.077 nuevos donantes registrados entre 2015 y 2016 y 518 en lo que va de año.
En una provincia con una población muy envejecida, hace 43 la Hermandad, que hoy cuenta con 30.942 donantes según datos de 2016, se marcó como reto “seguir manteniendo las necesidades del sistema sanitario provincial”. “Con eso nos damos por satisfechos, y creo que el objetivo no es poca cosa”, explica Del Pozo, para quien el movimiento de la hemodonación “goza de una salud que ojalá tuvieran todos los sectores la misma”.
Y ello gracias a personas como los 20 grandes donantes de España que serán reconocidos en la XXII Asamblea General Ordinaria que la Hermandad celebra este domingo 24 de septiembre a las 12.00 del mediodía en el Salón de Actos del Hospital Virgen de la Luz, a la que están invitados los donantes, familiares, amigos y simpatizantes de esta altruista labor y a la que precederá, el sábado 23, una misa en memoria de los donantes fallecidos que tendrá lugar en la capilla del Hospital.
Los 20 grandes donantes de España ya han sido reconocidos a nivel nacional, por lo que la Hermandad considera un acto de justicia, “porque son nuestra divisa, nuestra representación y nuestro orgullo como provincia”, resuelve Del Pozo.
A todos ellos se les impondrá una medalla con la que “reconocerles públicamente que son, desde nuestro punto de vista como donantes, un ejemplo para la sociedad”, ya que todos han superado las 75 donaciones en el caso de los hombres y 60, en el de las mujeres. Junto a ellos, recibirán reconocimiento 41 donantes con medalla de oro, 238 más con insignia de plata, 395 con insignia de bronce y se otorgarán dos méritos provinciales “no por un acto, sino por una repetición de actos, por una trayectoria”.
El primero de estos dos últimos reconocimientos recaerán este año en la Policía Nacional que, año tras año, desarrolla semanas solidarias y muchos de sus agentes son donantes habituales, al igual que todo un referente en la hemodonación, Miguel Ángel Herráiz, que ha realizado ya más de un centenar de donaciones, “y habría que hacerle una estatua junto a la de Alfonso VIII”, espeta.
“Estamos en un periodo que, por cuestiones demográficas, puede ser que cada dos años estemos dando más distinciones porque se está incorporando gente joven que ha donado mucho”, lo que valora como “una noticia extraordinaria”. “Queremos seguir así, pero va a ser difícil porque la pirámide de población es inversa y llegarán momentos en que tengamos dificultades”.
De momento, admite, “no vamos a pensar en eso”, recordando que donar sangre “es muy bueno, es como cambiarle el aceite al coche”. Bueno para el donante y para el receptor, ya que, habitualmente, de una sola bolsa de sangre, que contiene unos 450 cm3, se extraen componentes sanguíneos como plaquetas, hematíes, leucocitos o plasma para una media de tres pacientes.
“Los médicos lo recomiendan y toda persona sana tendría que ser donante también por una cuestión de obligación moral”, espeta, para subrayar que, desde un punto de vista “humano y solidario, tendría que ser obligatorio moralmente que toda persona sana y joven fuese donante”.
Hasta ahora el límite de edad máximo para donar son los 65 años, algo que podría cambiar, debido al aumento de la esperanza de vida.
Aféresis
Un varón sano puede donar sangre hasta cuatro veces al año y una mujer, tres, pero pueden ser más si se hacen por aféresis, extracción que se prolonga durante una hora aproximada y en la que se extrae el componente que el paciente necesita “y la sangre vuelve otra vez al donante”. Un sistema que la Hermandad insta a recuperar en el Hospital de Cuenca, del que todavía no han recibido “una explicación que sea lógica”. En 2015 se hicieron 99 donaciones de aféresis, en 2016 bajaron a 76.
Delegados locales
Otra “clave” para la Hermandad son los delegados locales, a juicio de Del Pozo, “nuestra red social, más en el medio rural, donde lo importante es el trato humano y el compromiso”. “Son la sangre de nuestra sangre”, concluye, reconociendo también a quienes hacen “20 o 30 kilómetros para donar” y a los participantes en las semanas solidarias de empresas, organismos o clubes deportivos, conscientes de que, “las cosas importantes no cuestan dinero”.
DONACIÓN DE MÉDULA ÓSEA
Entre los objetivos de la directiva de la Hermandad de Donantes, atraer a la gente joven, “porque si tú la incorporas a la donación, van a estar muchos años donando”. Por ello, el secretario de la Hermandad, Regino Jordán, realiza charlas en todos los institutos de la provincia, “y luego eso se nota, la respuesta es importante”.
Pero, junto al sistema educativo, también es importante el papel de la familia, puesto que, “de padres donantes suelen salir hijos donantes” y por ello, otro de los retos es vincular a las AMPAS en el movimiento de donación “para que sean también los hijos los que impliquen a los padres como donantes”.Sin embargo, en cada colecta que se realiza en el Hospital, la Hermandad de Donantes también fomenta la donación de órganos y de médula ósea, “que está subiendo, porque la gente se está concienciando cada vez más de su importancia”.
Tanto que, si la media regional ha subido un 27% en el último año, en Cuenca “ha pasado del cien por ciento y ya llevamos más donantes que el año pasado, 203 por 280, y estamos en septiembre”. En este punto, aclaran que, para ser donante de médula ósea, “solamente te tienen que hacer una analítica de sangre y ya estás en el banco mundial de donantes de médula ósea”.
“En el caso de que seas compatible con algún enfermo oncológico, si te llaman, no te tienen que pinchar en la médula espinal, que es lo que piensa todo el mundo”, abunda, subrayando que es la cabeza del fémur “la fábrica de sangre más importante que tenemos”.
Y es que, recuerda, “nuestra razón de existir es promocionar lo que no se puede fabricar en un laboratorio y tiene que ser de persona a persona y voluntariamente además”.
"Nuestra razón de existir es promocionar lo que no se puede fabricar en laboratorio"