Ha sido como un jarro de agua fría. Hace años que ya le afectaron los recortes en educación tras la crisis económica y, ahora, le ha pillado de lleno la COVID-19. Conchi García Martínez , de 38 años y del municipio conquense de Gabaldón y residente en Motilla del Palancar, llevaba preparando desde agosto en una academia las oposiciones para docentes por la especialidad de Lengua y Literatura, una convocatoria que finalmente se ha aplazado hasta 2021 en Castilla-La Mancha –además de en otras doce autonomías- debido a la pandemia. “Estoy agotada psicológicamente de la oposición”, reconoce.
De todas formas, es consciente de que es una medida conveniente para prevenir contagios, tanto para los propios opositores como para los miembros del tribunal y para los trabajadores que tendrían que intervenir durante los exámenes.
“En parte, entiendo que se suspendan, la salud es lo primero. Es comprensible que no se quieran arriesgar”, explica, aunque puntualiza que pensaba que solo se iban a aplazar y se celebrarían unos meses después. “Llevo meses estudiando. Era la recta final. Todavía tenía la esperanza de que se hicieran en septiembre u octubre”, apunta.
Conchi García, que estudió Filología Hispánica en Valencia, es actualmente profesora interina de Lengua y Literatura en el IES Cañada de La Encina de Iniesta. La primera vez que se enfrentó a las oposiciones fue en 2008. Lo que ha venido después ha sido el peregrinaje habitual de gran parte de los docentes hasta conseguir la plaza, habiendo recorrido en su caso diversas localidades de Castilla-La Mancha y de la Comunidad de Madrid.
Empezó a trabajar como docente el curso 2010-2011 pero después vinieron los recortes en educación y sufrió un periodo de sequía laboral. “En los años 2012 y 2014 no se convocaron en Castilla-La Mancha oposiciones para Secundaria”, recuerda. Hasta que ya en 2015 pudo presentarse a las pruebas de nuestra región y también en Madrid -al no coincidir las fechas de los exámenes-.
Tras esos exámenes, la llamaron primero para trabajar de Madrid. “Aunque ya llevo dos años cerca de casa. El curso pasado estuve en La Jara y este, en Iniesta”, relata.
"Una oposición no te puede parar la vida pero te acaba condicionando"Este año empezó a prepararse las oposiciones en agosto y, durante el curso, ha intentado compatibilizarlo con el trabajo procurando sacar todas las tardes entre cuatro y cinco horas para estudiar. “En periodo de exámenes y evaluaciones, es más complicado dedicarle ese tiempo”, reconoce.
“Y también he aprovechado los periodos vacacionales para estudiar”, cuenta, explicando que, los días previos a la confirmación de la suspensión de las oposiciones, estuvo con el alma en vilo hasta saber lo que pasaba con la convocatoria.
También confiesa que, después de tantos años preparando oposiciones, el agotamiento hace mella. “No es lo mismo una persona que se presenta por primera vez. Aunque sé que esto es una carrera de fondo. Me han pillado los recortes y ahora el coronavirus pero no hay que perder la esperanza”, se anima.
Esta carrera de obstáculos también ha repercutido en sus decisiones personales en cuestiones como, por ejemplo, la maternidad, algo que ha ido retrasando año tras año con el deseo de encontrar una estabilidad laboral que no ha llegado. “Una oposición no te puede parar la vida pero te acaba condicionando”, indica.
Este año se habían convocado 83 plazas libres por la especialidad de Lengua y Literatura en las oposiciones de Castilla-La Mancha. Conchi reconoce que esperaba que hubiesen sido más aunque ahora confía en que, como ya ha avanzado la Consejería de Educación, en la próxima convocatoria aumente el número de puestos. Porque esta corredora de fondo tiene ya todas las miras puestas en 2021.