El Plan de Gestión de la Trucha Común será aprobado en febrero por el actual Gobierno de Castilla-La Mancha. Lo ha anunciado esta semana el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural quien ha dicho que “tenemos que proteger la trucha común" y adaptar los ríos a su presencia.
¿Qué se conoce de este plan de gestión? La Viceconsejería de Medio Ambiente ya ha publicado el informe ambiental estratégico del plan o programa Plan de gestión de la trucha común en Castilla-La Mancha cuyo órgano promotor es la Dirección General de Política Forestal y Espacios Naturales.
El objetivo principal es garantizar la conservación de las poblaciones salvajes y nativas de la especie en la región, estableciendo un modelo de gestión de la pesca deportiva compatible con su conservación y, de paso, intentar la recuperación del acervo genético de las poblaciones naturales de la especie, su abundancia y la mejora de su hábitat.
También se incluyen actuaciones para el conocimiento, la investigación y la difusión tanto de la propia especie como de su ecosistema.
¿Cómo y cuándo se podrá pescar la especie?
Uno de los aspectos importantes del Plan de Gestión es definir cuándo puede pescarse la trucha común. Habrá que esperar para hacerlo hasta los meses que transcurren entre el primer domingo de abril y hasta el 30 de septiembre en aguas de baja montaña.
Mientras, en aguas de alta montaña el periodo de pesca autorizado se extenderá desde el primer domingo de mayo hasta el 15 de octubre. Fuera de estos periodos hábiles quedará prohibida la pesca de todas las especies en las aguas trucheras. "Con el objetivo de proteger a las poblaciones de trucha común de la región, se establece la época de veda durante el periodo de reproducción de la especie", dice el Plan de Gestión.
Otra de las cosas que deben saber los aficionados es que, con carácter general, la pesca de la trucha común en Castilla-La Mancha se realizará en la modalidad de captura y suelta. Y solo estará permitido cogerla con caña. Para pescar en las aguas trucheras de la región sólo se podrán utilizar anzuelos simples desprovistos de arponcillo.
También que habrá regulaciones concretas de pesca deportiva en cada masa de agua de la red de aguas trucheras y que se establecerán anualmente en la Orden de Vedas. Para ello, es necesario realizar un Estudio Hidrobiológico (o proyecto de ordenación de la pesca) en aquellas cuencas que todavía no disponen de él.
Las aguas trucheras de Castilla-La Mancha
El plan también define cuáles son las aguas trucheras regionales. Algunas pertenecen a distintos espacios dentro de la Red de Áreas Protegidas de Castilla-La Mancha, incluidos los espacios Red Natura 2000. Se trata del Parque Nacional Cabañeros, el Parque Natural Alto Tajo, el Parque Natural Barranco del río Dulce, el Parque Natural Calares del Mundo y de la Sima, el Parque Natural Serranía de Cuenca y el Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara.
También incluye las llamadas 'zonas sensibles', en concreto, 28 LIC's (Lugares de Importancia Comunitaria) y 15 ZEPAs (Zonas de Especial Protección para las Aves).
En la provincia de Albacete, las aguas trucheras están en el río Júcar, en la subcuenca del Cabriel desde su entrada en la provincia hasta el puente de Villatoya, en la carretera nacional N-322 de Córdoba a Valencia.
También en la subcuenca del río Jardín desde su nacimiento hasta la piscifactoría junto a la Casa del Zarzalejo, unos 7 km aguas abajo de las juntas con el río Arquillo), y todas las aguas que afluyen a este tramo, excepto la Laguna Ojos de Villaverde.
También en el Júcar, en Casas de Lázaro, desde el nacimiento del río Montemayor hasta la Presa de la Quéjola en el término municipal de San Pedro.
Ya en el río Segura y sus afluentes, también en Albacete, desde su entrada en la provincia hasta el puente de Híjar en el término municipal de Férez, y todas las aguas que afluyen a este tramo, a excepción del embalse de la Fuensanta.
En cuanto al río Mundo, sin salir de Albacete, las aguas trucheras lo son desde su nacimiento hasta el puente de la carretera A-3 en Liétor y todas las aguas que afluyen a este tramo. Y en cuanto a la cuenca del Guadalquivir, en concreto su afluente el Guadalimar, desde su nacimiento hasta su salida de la provincia y en el río Guadalmena, su afluente el río Salobre o Crucetas, desde su nacimiento hasta el puente de la carretera nacional N-322 de Córdoba a Valencia, en el término municipal de El Salobre, y todas las aguas que afluyen a este. También el río del Escorial (o río de Alcaraz), desde su nacimiento hasta su desembocadura en el río Guadalmena, y todas las aguas que afluyen a este tramo.
Ya en Cuenca, el Tajo es zona truchera a lo largo de su recorrido por la provincia hasta su salida de la misma en la desembocadura del Arroyo del Horcajo, y todas las aguas que afluyen a este tramo.
El Guadiela, desde su nacimiento hasta la presa de La Sartenilla, en el término municipal de Villar del Infantado. En cuanto al Júcar, en Cuenca, desde su nacimiento hasta la desembocadura del Arroyo de la Hoz o de la Tórtola y en el río Cabriel, desde su entrada en la provincia hasta el puente de la carretera de Enguídanos a Mira, el río Ojos de Moya (o río Algarra o río Mira), desde su nacimiento hasta su desembocadura en el embalse de Contreras, y todas las aguas afluentes a este tramo, excepto los ríos Narboneta y San Martín y el río Guadazaón, desde su nacimiento hasta su desembocadura en el río Cabriel.
El Turia es también río truchero desde su entrada hasta su salida de la provincia de Cuenca, y todas las aguas que afluyen a este.
Ya en Guadalajara, se considera zona truchera el Tajo desde su entrada en la provincia, hasta el azud de la Central Nuclear de Trillo, el Arroyo de la Solana, desde su nacimiento hasta su desembocadura en el embalse de Entrepeñas y el arroyo de Ompólveda desde su nacimiento hasta su desembocadura en el embalse de Pareja.
También en el Tajo, el río Tajuña, desde su nacimiento hasta su salida de la provincia en el término municipal de Mondéjar, el Jarama, desde su nacimiento hasta su salida de la provincia en el término municipal de Uceda, y el río Henares, desde su nacimiento hasta el Puente Árabe en la localidad de Guadalajara.
En cuanto a a la cuenca del Ebro, el río Mesa también en Guadalajara, desde su nacimiento hasta su salida de la provincia. Ya en Toledo, en la cuenca del Tajo, es zona truchera el río Pusa, desde su nacimiento hasta la presa de Los Navalucillos.
Los principales problemas que afectan a las poblaciones de trucha común de Castilla-La Mancha son la introgresión genética, la regulación de caudales, las extracciones de agua, las alteraciones del hábitat físico, la destrucción de la vegetación de ribera, la contaminación de las aguas, principalmente de tipo orgánico, la introducción de especies exóticas y la fragmentación del hábitat. Asimismo, los cambios en las condiciones ambientales -tales como el descenso de las precipitaciones y aumento de las temperaturas), están ejerciendo efectos negativos sobre las poblaciones de trucha común ibérica.
En Castilla-La Mancha existen actualmente 65.000 licencias de pesca, según ha detallado Martínez Arroyo, quien ha recordado el impulso dado este año para el desarrollo de esta actividad por las personas mayores de 65 años de edad de la región, que cuentan con la gratuidad de esta licencia.