En el inicio del siglo XX, la generación de electricidad cambio el rumbo del desarrollo. Aprovechando el paso del río Cabriel fue lo que supuso la creación de centrales eléctricas en sus proximidades. En 1918 se trajo la energía del Molino de Baltasar en la vecina localidad de Enguídanos. La puesta en marcha de este servicio se produjo en una fecha señalada en La Pesquera, el día de la festividad local de la Candelaria.
Fue una fecha en la que los pesquereños y pesquereñas vieron la luz eléctrica por primera vez. Hasta la fecha la única luz que conocían era la del candil, las velas y más tarde el carburo.
En ese primer momento se instalaron 23 focos por las calles de La Pesquera, al poco tiempo se vio la necesidad de instalar 15 focos más.
Los meses previos fueron de intenso trabajo y negociaciones. Así en el verano de 1917, el ayuntamiento de La Pesquera alcanzaba un acuerdo con el propietario de la central, Federico Escobar, para instalar la luz eléctrica en la villa. Trabajo e implicación de los vecinos para colocar varios kilómetros de cableado de cobre y postes de madera para hacer posible este proyecto.
El 3 de febrero de 1918 el ayuntamiento reunido en pleno, presidido por el alcalde Ulpiano López Coronado, daba cuenta del acontecimiento que cambió la vida de los vecinos. El ayuntamiento conforme y satisfecho, entregaba el servicio y mantenimiento por treinta años a la familia Escobar. Se acordó un pago mensual de unas cuantas pesetas por foco y pago trimestral.
Con el avance de la década de los años treinta, llegaron las sombras, un servicio eléctrico deficitario y los impagos hicieron que se suspendiera el servicio, volviendo al carburo.
En el verano de 1944, se formó una comisión formada por el alcalde y secretario para acudir al ayuntamiento de Utiel para gestionar la vuelta del servicio eléctrico. Sumidos en el contexto de la postguerra, con pocos medios, fueron años de negociaciones y esfuerzos, en el que siempre estuvo encima de la mesa el tema de recuperar la luz eléctrica.
Finalmente se consiguió traer la luz eléctrica desde la central de Pajazo en La Pesquera. En la tarde del 19 de diciembre de 1949, se volvía a inaugurar la luz eléctrica en la plaza pública. Asistieron a aquella inauguración varias autoridades provinciales. Destacó en aquellos años la ayuda del médico don Joaquín García, al que se le dedica actualmente una calle en La Pesquera.