Muchos personajes populares, muy conocidos a través del cine, la televisión y otros medios de comunicación, forman parte de la vida de nosotros mismos, pues con ellos hemos crecido, nos hemos reído, hemos cantado y nos han acompañado durante bastantes años a través de la pequeña o gran pantalla en archivos sonoros y de imágenes que perduran para siempre.
Este es el caso de Tony Leblanc, actor, director, humorista, guionista y hasta compositor de algún pasodoble, que destilaba un peculiar humor que él sabía expresar a través de los innumerables papeles que interpretó en el cine, el teatro y la televisión, pues por su grandeza de actor era capaz de interpretar “lo que le echaran”. Su nombre de pila era el de Ignacio Fernández Sánchez, nacido en Madrid el 7 de mayo de 1922 y fallecido en Villaviciosa de Odón el 24 de noviembre de 2012. Por tanto, se acaba de cumplir el centenario de su nacimiento y además se cumplirán los diez años de su muerte dentro de cinco meses.
Tony Leblanc repetía muchas veces que él era castellano y castizo, nacido en el Madrid del Museo del Prado, pero con sangre conquense y cordobesa. Su padre, Ignacio Fernández Blanc, que era natural de la localidad conquense de Uclés, trabajaba como conserje y residía en el Museo, donde su madre dio a luz. El joven Ignacio, antes de ser gran actor, con el nombre artístico de Tony Leblanc (por el segundo apellido de su padre), sería botones del Museo, boxeador de gran pegada –campeón de Castilla-- y jugador de fútbol en el Chamberí, como buen guardameta, pues en un partido ante el Carabanchel paró dos penaltis que propiciaron el ascenso a Tercera de su equipo en la temporada 1947-48, cuando el Conquense cumplía su primera campaña en esa categoría.
Tony Leblanc es toda una referencia en la historia del cine español y de la entonces naciente televisión, pues desde 1944, año en el que debutó en el cine con la película “Los últimos de Filipinas”, protagonizó numerosos largometrajes y programas de televisión en los que personajes como “Felipito Tacatún” o “Cristobalito gazmoño” fueron famosos.
EL ACCIDENTE EN MOTA DEL CUERVO
Pero en todo aquel tiempo de fama para Tony Leblanc, entre el cine –“Los tramposos”, “Las chicas de la Cruz Roja” y tantas películas, la mayoría junto a Concha Velasco– y la televisión, con tantas y divertidas apariciones, hubo un lapsus obligado en 1983, debido a un grave accidente de circulación que sufrió el 6 de mayo en la carretera N-301, muy cerca de Mota del Cuervo, cuando se produjo un choque frontal entre el Mercedes que conducía el propio actor y un Citroen X Palas, quedando Tony Leblanc y su esposa, gravemente heridos, aunque su mujer fue dada de alta semanas más tarde.
Ese accidente, que le tuvo postrado muchos meses en silla de ruedas, cortó su carrera cinematográfica durante quince años, hasta que Santiago Segura recuperó a Tony para sus películas de “Torrente” –en una de ellas precisamente en silla de ruedas-- y varias intervenciones en “Cuéntame cómo pasó”, de TVE con el personaje de “Cervan”.
‘LA DINAMITA ESTÁ SERVIDA’ CUENCA, 6 DE JULIO
En el amplio repertorio cinematográfico de Tony Leblanc tenemos que citar la película “La dinamita está servida”, dirigida por Fernando Merino en 1968, dado que algunas breves imágenes fueron rodadas en Cuenca. En el inicio de la película aparecen distintos planos de ciudades del mundo con fechas consecutivas: París, 4 de julio; New York, día 5; Cuenca, día 6; Pamplona, 7 de julio –los sanfermines, claro-- y la Costa Brava el día 8. En los planos del film aparecen las Casas Colgadas, la iglesia de San Andrés y la calle del Peso; la antigua iglesia de San Miguel y la Hoz del Júcar y finalmente la fuente de Santo Domingo, ya famosa en la película “Calle Mayor”, una de las mejores del cine español.
En el libro “La imagen encantada”, sobre películas rodadas en la provincia de Cuenca, José Alfaro escribe: “Una vez situados en Cuenca vemos a una joven y guapa Laura Valenzuela y a un agansterado Tony Leblanc tratando de emular a los famosos Bonnie y Clyde, en esta parodia de las películas de acción tipo Bond”.
Tampoco podemos pasar por alto, de manera anecdótica, la película “El astronauta”, con Tony Leblanc como el astronauta Pepe que desde la base de Minglanillas –apelativo para emular a la estación espacial de Fresnedillas-- quería llegar a la Luna. En el divertido film también aparece José Luis Coll en el papel de “Valeriano el lechero”.
LA GUINDILLA QUE LE DIO A DAJA-TARTO
Hay una anécdota de Tony Leblanc con el que fuera famoso faquir conquense, actor y artista por antonomasia, además de novillero, Gonzalo Mena Tortajada, más conocido por Daja-Tarto, deletreando su segundo apellido al revés. El propio Gonzalo, todo un personaje, me contaba en una entrevista en 1974, cuando le dieron la Medalla de Oro concedida por los artistas y entregada en Cuenca, que él era gran amigo de Tony Leblanc, al que llamaba paisano por su origen conquense.
Comentaba Daja-Tarto que en una ocasión, en un espectáculo público en el que el faquir comía vasos y masticaba cuchillas de afeitar, salió un espectador y le dijo: “A ver si puedes con esto”. Y “esto” era una guindilla como un pimiento. “En mi vida lo pasé peor. ¡Qué trago! Luego supe que era Tony Leblanc, con quien tengo una gran amistad”. “Si lo cojo en ese momento se traga las cuchillas”, recordaba Gonzalo Mena. Anécdotas para no parar y contar de un personaje como Tony, al que no podemos olvidar por su buen sentido del humor tanto dentro como fuera de la pantalla.
EL HOMENAJE DE UCLÉS EN 2001
Pero quien no olvida a Tony Leblanc es Uclés, la localidad conquense en la que nació su padre, que le dedicó el Centro Cultural con su nombre artístico. En el año 2001 se celebró en Uclés un acto muy emotivo en el que Tony Leblanc recibió como regalo en facsímil y enmarcadas las partidas de nacimiento y bautismo de su padre, Ignacio Fernández Blanc, que a su vez tenía antecedentes familiares en Torrejoncillo del Rey y Saceda Trasierra.
En la crónica de aquel acontecimiento para Uclés, recogida por Charo Alcázar en “El Día de Cuenca”, Tony Leblanc, que entonces tenía 79 años, decía con toda solemnidad: “Estoy en mi casa, porque estas son mis raíces; mi padre nació aquí y murió diciéndonos adiós al mismo tiempo que decía Uclés. Este homenaje será imborrable y morirá conmigo”.
Comentó entonces que acogió el reconocimiento como “el hijo de un labriego de Uclés... de los Caballeros de la Orden de Santiago”, como así le decía su padre cuando le hablaba y le inculcaba el amor hacia su pueblo natal. Fue un momento muy emotivo en el que Tony Leblanc “se encontró con sus verdaderas raíces”, según evocaba Charo Alcázar, periodista también fallecida. El entonces alcalde ucleseño, José Luis Serrano, dijo que Tony Leblanc estaba representando “a todos los hijos de Uclés que no pueden estar aquí y que se acuerdan de su pueblo, porque un pueblo como Uclés no se olvida”.
Aquel día que no olvidó Tony Leblanc hasta su muerte en 2012, el actor visitó, junto a su esposa Isabel Páez, el Monasterio de Uclés, que tanto le impresionó y compartió la comida con el alcalde y paisanos, después de haber destapado la cortina que tapaba la placa de “Centro Cultural Tony Leblanc”, entre los acordes de la Banda de Tambores y Cornetas.
Como no olvidamos a Tony Leblanc por estas tierras en este año 2022 en el que se ha cumplido el centenario de su nacimiento y se cumplirán los diez años de su muerte en noviembre, aunque el espíritu y el humor de este gran actor siguen muy vivos.