La reducción en las dotaciones de agua en la zona de la Sierra de Altomira, en el Alto Guadiana, va a dar lugar a una disminución de las superficie plantadas para un cultivo emblemático como el ajo morado, también la cebolla y el melón. Esta es una de las denuncias que ha realizado Rafael Rodrígo, presidente de la Comunidad de Usuarios de la Sierra de Altomira, durante la reunión que ha celebrado con el consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo.
Estas reducciones no se notarán en la presente campaña de ajo dado que están a punto de recogerse y “las lluvias han acompañado y casi no hemos tenido que tocar los acuíferos”, ha señalado Rodríguez, pero tendrá repercusión en las posteriores cosechas ya que los agricultores se están planteando reducir la superficie para poder regar con ciertas garantías.
También el consejero ha calificado de “brutal recorte” a las dotaciones de agua que el que está sufriendo esta comunidad de regantes, “la peor tratada por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadiana”, ha señalado. La reducción ha dejado la dotación a la mitad, con 2200 metros cúbicos por hectárea para cultivos herbáceos y 1.500 para los leñosos.
Los regantes demandan 3.000 metros cúbicos por hectárea para herbáceos y 1.800 para leñosos dado que tiene estudios que demuestran que estas cantidades no pone en riesgo la masa de agua subterránea de la Sierra de Altomira, dado el nivel de recarga que tiene el acuífero.
El presidente de los regantes también ha manifestado su temor a que este recorte, que en principio se aprueba para el presente año hidrológico, se consolide en el tiempo y se alargue en años venideros.
Martínez Arroyo ha mostrado su compromiso y solidaridad con los regantes y ha señalado que “hay que trabajar para que tengan acceso al agua que tenían antes para que puedan mantener la viabilidad y competitividad de sus producciones, en especial ajo morado, bandera de Castilla-La Mancha”.
La comunidad de regantes más extensa, con municipios afectados como Villar de Cañas
Los municipios afectados por las restricciones de uso de aguas subterráneas en la masa de Altomira del Alto Guadiana se encuentran localizados en las provincias de Cuenca, Ciudad Real y Toledo, en la Mancha Occidental.
La más perjudicada por estas restricciones de la Confederación Hidrográfica del Guadiana es la provincia de Cuenca, siendo los municipios afectados La Alberca de Záncara, Alcázar del Rey, Alconchel de la Estrella, Montalbanejo, La Almarcha, Almendros, Almonacid del Marquesado, Atalaya del Cañavate, Barajas de Melo, Cañada Juncosa, El Cañavate, Casas de Benítez, Casas de Fernando Alonso, Casas de Guijarro y Castillo de Garcimuñoz.
También afecta a La Hinojosa, El Hito, Huelves, Monreal del Llano, Osa de la Vega, Paredes, Pinarejo, El Pedernoso, Pozorrubio, Puebla de Almenara, Rada de Haro, Saceda-Trasierra, Santa María del Campo Rus, Santa María de los Llanos, Sisante, Tarancón, Torrubia del Castillo, Tribaldos, Vara del Rey, Vellisca, Villamayor de Santiago, Villar de Cañas y Villar de la Encina.
El resto de municipios conquenses afectados son Villarejo de Fuentes, Villarrubio, Uclés, Rozalén del Monte, Saelices, Hontanaya, Tresjuncos, Fuentelespino de Haro, Villalgordo del Marquesado, Los Hinojosos, Villaescusa de Haro, Honrubia, Carrascosa de Haro, Belmonte, Mota del Cuervo, Las Pedroñeras, San Clemente, Casas de Haro, Pozoamargo y Tébar.
En la provincia de Ciudad Real, los recortes en las dotaciones afectan a Alcázar de San Juan, Campo de Criptana y Pedro Muñoz, y en la provincia de Toledo a Miguel Esteban, Quero, Quintanar de la Orden, El Toboso, Villanueva de Alcardete.