Castilla-la Mancha estudia posibles alegaciones al proyecto del Real Decreto por el que se modifica el Reglamento de Planificación Hidrológica en relación con los planes de sequía cuyo proceso de exposición pública quedaba abierto esta semana y que se prolongará durante tres meses, hasta el 22 de marzo de 2018.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) sostiene que pretende recoger “con el rango normativo adecuado que proporciona un real decreto” los criterios comunes de aplicación que deberán tener en cuenta todos los organismos de cuenca en la aprobación de los planes de sequía de sus respectivas demarcaciones. También establece “la adecuada definición del sistema global de indicadores que será de general aplicación para evitar distorsiones en el tratamiento de la sequía en cada territorio”.
“Para nosotros es fundamental una cuestión que es abandonar la idea de que los planes de sequía se determinen por cuencas”, señala Antonio Luengo, director-gerente de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha. Pone los casos de los ríos Tajo y Guadiana, cuya parte media y alta, dice, “pueden estar en emergencia, mientras que la parte baja nos podemos encontrar con que no tienen problemas de caudal”. En opinión de Luengo, “hay que sectorizar los ríos, seguramente por sistemas de explotación y no hablar del global de cada cuenca”.
Piden al Gobierno central un "análisis objetivo y exhaustivo" del estado de las cuencas
El director-gerente de la Agencia del Agua castellano-manchega se refiere, de forma específica a la cabecera del Tajo para comentar que, durante ese periodo “solo ha tenido un estado de normalidad en dos ocasiones en los últimos 15 años. Llevarse el agua a Levante la pone en situación límite y eso también lo tienen que corregir”. Se trata, asegura, de “una obviedad que hace imposible el trasvase”.
Espera que el departamento que dirige Isabel García Tejerina realice “un análisis objetivo, exhaustivo y profundo de las cuencas y que no ocurra lo que está ocurriendo: que la sequía la determine la cuenca del Segura poniendo en emergencia la cabecera del Tajo y encima las ayudas van para ellos”. Luengo califica la situación de “surrealista” porque los regantes del Levante “desecan el Tajo y como tienen una demanda atroz de agua, superior a su capacidad hidrológica, los decretos de sequía son para ellos y toda la inversión del Estado se va al Segura y al Júcar”.
Respecto al río Júcar, Antonio Luengo sostiene que en la parte castellano-manchega del río “tiene agua suficiente pero resulta que hacemos transferencias de agua de casi 400 hm3 a otras cuencas: al Vinalopó, al Turia…Nos encontramos con que ellos entran en sequía, les damos agua pero no recibimos un duro por esa situación”.
Luengo se muestra escéptico respecto a la “buena fe” del Gobierno central con respecto al futuro Pacto Nacional del Agua. “Qué mejor que un consenso, sentarse antes de sacar adelante los planes de sequía. Tenemos un problema grave en este país por el cambio climático. Pero claro…No los veo con voluntad de pactar nada. Lo sacan por decreto, nos dan tres meses para alegar y todos vamos presentar alegaciones. Nunca llegaremos a un consenso. ¿Por qué? Pues porque todos adoptaremos posturas maximalistas. Así no se llega a un pacto”.
Su temor está en que “vayamos a tener al final unos decretos de sequía que no sirvan para nada. Nadie va a estar de acuerdo, como pasó con los planes hidrológicos. Hay que hablar”.
Castilla-La Mancha mirará con lupa la modificación del Reglamento de Planificación Hidrológica en relación con los planes de sequía. “Sobre todo en lo que tiene que ver con el abastecimiento humano, la agricultura o con cuestiones medioambientales, por ejemplo los caudales ecológicos que no se miden en muchos puntos del río Tajo y sus afluentes”, detalla.
Precisamente, y sobre la propuesta de la Confederación Hidrográfica del Tajo a Castilla-La Mancha para reducir hasta en un 40% los caudales ecológicos de los sistemas de la cuenca que se encuentran en estado de emergencia, Antonio Luengo matiza: “En el río Tajuña, el abastecimiento empieza a resultar un problema porque el embalse de la Tajera no llega a los cuatro hm3 y hay que replantear caudales ecológicos pero ¡claro!, en circunstancias donde esté en riesgo el abastecimiento a la poblaciones y no porque haya que llevar 300 hm3 a Murcia. Si lo plantean, que se haga con seriedad”.
Además, califica de “barbaridad” que se pueda llegar a plantear un sistema de recirculación del toledano embalse de Finisterre para dotar de caudales al Tajo. “La idea es llenar este embalse con agua del Jarama que viene muy contaminada y recircularla al Tajo cuando tuviese problema de caudal. Eso no es recircular agua, es una forma de contaminación bestial. Se recoge en el Plan Hidrológico del Tajo y además con 50 millones de inversión”.
“¿Qué va a pasar con la incapacidad hidrológica de la cabecera del Tajo? ¿Qué va a pasar con el Guadiana en Ciudad Real donde es fundamental el riego? Un río con un estrés hídrico importantísimo en Castilla-La Mancha que no lo tiene en Extremadura…O con el hecho de que toda la escorrentía de agua del Sierra del Segura en Albacete se vaya a regar los campos de Cartagena porque han empezado a sembrar lo impensable. Son cuestiones que hay que determinar”.