Cáritas Diocesana de Cuenca alerta del empeoramiento de la situación de las personas más vulnerables de la provincia, que no solo continúan sufriendo las nefastas consecuencias de la crisis asociada a la pandemia de la Covid, sino que, además, están totalmente desprotegidos.
así lo pone de manifiesto la responsable de Comunicación de esta organización benéfica, Mari Paz Ramírez, quien explica que se están atendiendo el mismo número de personas que antes, en concreto 1.758 en lo que va de año, pero “el problema es que esta gente está en una situación peor, con más necesidades con la vuelta al cole, los gastos de luz y calefacción, etc. y se estima que va a empeorar”.
Detrás de este agravamiento, se encuentra, tal y como recalca, la desprotección que están sufriendo con el hecho de que el Ingreso Mínimo Vital no está llegando a las familias, a lo que se ha sumado la suspensión, por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha, del Ingreso Mínimo de Solidaridad y de las ayudas de emergencia social.
Esto, a su juicio, está llevando al colectivo de inmigrantes irregulares, que es bastante numeroso, a una situación extrema, puesto que en estos momentos no tienen acceso a ningún tipo de ayuda.
El perfil de los demandantes de ayudas de emergencia social es el de una familia sin ingresos y con miembros con poca formación y sin un trabajo estable. Es por ello que desde Cáritas se prevé un aumento de la demanda para cubrir las necesidades básicas ante el cierre de las terrazas y establecimientos hoteleros, puesto que se quedarán sin empleo.
Con este adverso escenario, desde Cáritas se llama la atención sobre las personas sin hogar, puesto que el Albergue de Transeúntes, que ahora tiene 8 plazas en vez de 10 por las medidas de seguridad sanitaria, está lleno, al igual que las habitaciones alquiladas por el Ayuntamiento en una pensión de la capital para cuando no hay plazas en el albergue.
Por lo tanto, según remarca Ramírez, “en la actualidad, hay gente que se está viendo obligada a quedarse en la calle”. En definitiva, la situación, a su juicio, es “muy incierta” y es previsible que vaya a peor ante la falta de ayudas de emergencia social”.