Una intervención arqueológica en el castillo de Monteagudo de las Salinas ha arrojado luz sobre el origen de esta fortaleza, que hasta ahora se había datado en torno al siglo XIV, una vez asentada la reconquista en estas tierras de la provincia de Cuenca.
La prueba de carbono 14 de un fragmento de mortero de sus muros ha sido determinante para establecer de una manera científica y fehaciente que esta plaza fuerte se erigió en el siglo XII, unos 200 años antes de lo que se creía, en plena reconquista y coincidiendo con la recuperación por las tropas cristianas de la ciudad de Cuenca y los territorios del Júcar medio a su paso por la provincia.
El arqueólogo conquense Javier Atienza está detrás de este descubrimiento, como director científico de las excavaciones acometidas en este castillo, con la ayuda de la arqueóloga Greta Bruno, y con motivo de la restauración que llevó a cabo la Diputación en uno de sus muros, ejecutada por Carpetania Integra, bajo la dirección facultativa del arquitecto Luis del Burgo.
Una intervención arqueológica previa auspiciada por el Ayuntamiento del municipio, que, además de la citada prueba del carbono 14, conllevó la ejecución de dos sondeos estratigráficos-arqueológicos en el interior de la fortaleza, uno a los pies del muro que iba a ser restaurado y otro en el aljibe existente.
La ubicación del primer sondeo, junto al muro, respondía al objetivo de saber más sobre cómo podía ser el acceso a una de las torres existente en ese punto; es decir, si subían a ella por una escalera de piedra o mediante una estructura de madera; algo, esto último, que cobró mayor peso al encontrar en la cata arqueológica un apoyo de poste excavado en la roca madre descubierta a tan solo 20 centímetros de la superficie, si bien no se descarta que también podría corresponder al apoyo de un techado perimetral de madera, a modo de caballeriza.
Lo que sí deja claro, en opinión del arqueólogo, es que “en el interior del castillo había estructuras de madera”.
Dentro de este apoyo de poste, como relleno, tal y como detalla, se hallaron restos cerámicos de época musulmana; más concretamente, del siglo X, al ser idénticos a los encontrados en Teruel de esa misma época.
SONDEO EN EL ALJIBE
Con el segundo sondeo se pretendía conocer más al detalle la estructura interna del aljibe del castillo, con unas dimensiones de 3,5 metros de ancho por 4,5 de longitud.
De hecho, se pudo comprobar que originariamente era, al menos, el doble de grande de lo que es ahora. Atienza explica que en una reforma posterior, posiblemente a partir de la Edad Moderna –siglo XV– teniendo en cuenta la cerámica encontrada, el aljibe se redujo con la construcción de un muro, del que en estas excavaciones se han dejado al descubierto cuatro metros, aunque no sea ésta la totalidad de su longitud.
Esto viene a decir, a su juicio, que la estructura original del castillo había sido diseñada inicialmente para albergar a más gente de la que finalmente ocupó esta fortaleza en época cristiana.
CONCLUSIONES
Las novedades que arroja esta investigación arqueológica no se reducen a esta nueva datación de la construcción de esta plaza fuerte de Monteagudo de las Salinas, sino también a su pasado musulmán.
Y es que los restos de cerámica encontrados en una de las catas, junto a la existencia de un aljibe, apuntan a que esta fortaleza se erigió sobre un asentamiento musulmán y que en ella hubo un “poblamiento continuo”; es decir, según detalla el director científico de las excavaciones, estuvo ocupada en época musulmana y, tras la reconquista, continúa habitada e, incluso, con una convivencia cristiano-musulmana.
Además, esta investigación constata, de alguna manera, que las tierras de Monteagudo de las Salinas fueron conquistadas al mismo tiempo que la ciudad de Cuenca y que su estructuración tras la reconquista fue la misma que la llevada a cabo en Cuenca; es decir, se estableció una plaza fuerte de manera que se pudiera controlar el territorio, primero momentáneamente y después definitivamente.
Clarifica, por lo tanto, en su opinión, “un aspecto poco conocido de la historia medieval de Cuenca y de casi toda la zona centro de la Península, las tierras de frontera; es decir, qué ocurre en estas zonas desde su reconquista a la consolidación de la misma y cómo es la construcción de torres, plazas fuertes y castillos para la defensa del territorio”.