Buena producción, calidad y mejora de los precios. La cosecha de ajo temprano o spring de este año en la comarca de La Mancha conquense es una de las mejores de los últimos años. Así lo ponen de manifiesto tanto desde las cooperativas como desde la Asociación Nacional de Productores y Comercializadores de Ajo (ANPCA), desde donde muestran el optimismo ante las buenas perspectivas de mercado en una campaña que arranca sin stock en las cámaras y con poca producción a nivel mundial a consecuencia de la sequía.
La normalidad es la tónica general con la que se está desarrollando la campaña. Las últimas lluvias, salvo en casos puntuales, no han producido daños en la cosecha de ajo temprano, ni durante la recolección, que ya ha culminado, ni en la fase de oreo. Entre otras cosas, el aumento de la mecanización de la recogida y corte en el campo ha puesto con rapidez el producto bajo cubierto evitando el problema de las lluvias extemporáneas. Además, las buenas temperaturas han favorecido que la calidad sea “extraordinaria”.
Respecto al precio, se muestran cautelosos desde ANPCA, pero aseguran que “podrá cubrir bien los costes de producción”. Si bien, su vicepresidente, el pedroñero Antonio Escudero señala que aún es pronto, el producto aún está en fase de secado y corte y no se han hecho operaciones.
Algo con lo que coincide el presidente de la Mesa Nacional del Ajo, el también pedroñero, Julio Bacete, quien destaca que “lo que se oye es que los precios van a subir, incluso algún productor que a título particular ha vendido ya alguna partida habla de subidas importantes, pero a nosotros no nos dicen nada los supermercados, y mientras eso no ocurra no podemos hablar de cifras, pero sí de que se dan todas las circunstancias para que este año el mercado de precios mejore, habrá que esperar a ver resultados”.
En lo que coinciden ambos representantes del sector productor y comercial es que las abundantes lluvias de principios de primavera y las buenas condiciones climáticas han acompañado, algo que “hace años que no ocurría”, apostilla el vicepresidente de ANPCA, Antonio Escudero.
El también responsable de la sectorial del ajo de ASAJA-Cuenca reitera que el aumento de calibre y la extraordinaria calidad de la cosecha que acaba de finalizar mejora la mala situación por la que ha venido atravesando el sector durante los últimos años tanto por la sequía como por el aumento de los costes de producción.
Habrá que esperar a que culmine el proceso de corte y todo el producto está en los almacenes para poder hacer un cálculo real, pero las primeras estimaciones mejoran las previsiones iniciales, puesto que la pérdida de planta registrada en el proceso de nascencia por falta de agua y ataque de plagas como el penicilium se verá en parte compensada en kilos por el aumento de calibre.
Eso sí, no hay que olvidar la sequía que ha acompañado las últimas campañas, que ha motivado una reducción generalizada en las superficies de cultivo ajo del país, un 16% aproximadamente en Castilla-La Mancha, donde se cultiva más del 55% del total nacional –de éste el 50% se corresponde a productores de La Mancha conquense–.
El buen arranque de campaña con la variedad temprana mejora las perspectivas iniciales que apuntaban a una merma cercana al 20%. Tras la recolección del spring son muchas las voces que hablan de no superar una merma superior al 15%.
Habrá que esperar también la evolución de la variedad autóctona de ajo morado, que iniciará campaña en un plazo medio de de diez días. Hasta el momento la evolución vegetativa de la planta ha sido óptima. Tanto las lluvias del inicio de la primavera como estas últimas han sido muy beneficiosas para la planta. Eso sí, a partir de ahora la humedad que requiere tiene que estar más controlada, por lo que si vuelven las lluvias pueden suponer un problema.
“La planta presenta un buen estado de salubridad y hay más calibre que en años anteriores”, apostilla Bacete, si bien la merma en el que es el producto estrella de La Mancha conquense, y también el único ajo amparado bajo el marchamo de calidad de una IGP (Indicación Geográfica Protegida) tendrá una notable reducción de cosecha respecto a otros años puesto que después de los malos rendimientos de los últimos años, la superficie de siembra ha caído hasta situarse por debajo del 40%, la mayor bajada de su historia.
Este año, tanto en rendimiento como en calidad se espera una buena cosecha, por lo que el sector también confía en que el próximo año se pueda remontar y acercarse más a los porcentajes históricos.
Mientras tanto, la normalidad es la tónica con la que está transcurriendo la campaña del ajo en la comarca de Las Pedroñeras, zona en la que se aglutina más del 50% de la producción de ajo castellano-manchega.
La mecanización del corte de ajo ha reducido aproximadamente un 20 por ciento las necesidades de mano de obra y la tendencia es seguir ampliando el porcentaje
La ausencia de lluvias y las buenas temperaturas durante la recolección han favorecido una cosecha escalonada que no ha acusado problemas de mano de obra como sí ha ocurrido en años anteriores. Además, el aumento de la mecanización en el corte de ajo ha reducido notablemente las necesidades de contratación.
Hay que tener en cuenta que una sola máquina puede llegar a cortar al día más de 60.000 kilos de ajo cuando, como en este caso, se trata de variedades de gran calibre. Lo que supone una reducción aproximada del 70% de los jornales en el campo. La mecanización se ha extendido mucho en los últimos años pero aún no ha llegado al cien por cien de los productores, por lo que se calcula que la reducción de las necesidades de mano de obra en esta tarea, que es la que más jornales absorbe, ronda aproximadamente un 20% respecto a una campaña tradicional.
Las cortadoras han aliviado mucho la presión de encontrar mano de obra. Hay que tener en cuenta que la fase de corte tiene que hacerse rápido, por tanto necesita muchos jornales en muy poco tiempo, y eso siempre supone una dificultad porque, entre otras cosas es una tarea que realizan en un 90% inmigrantes temporeros que van rotando de campaña en campaña, y si la cosecha se adelanta o se retrasa por las condiciones climatológicas, coincide con otras y hay problemas para cubrir la demanda, que en el caso de la campaña del ajo se estima aproximadamente en unos 25.000 jornales. “Este año no estamos teniendo problemas . La campaña se está desarrollando de una forma muy fluida y con total normalidad”, apostilla Antonio Escudero. Ahora, lo que cabe esperar es “una buena evolución de los precios”.
Todo apunta a que la cosecha de China, principal competidor del ajo español, como el de otros países productores, ha caído en picado. Hay poca producción y la campaña comercial arranca sin stock, lo que da ánimos al sector. Con todo “no podemos bajar la guardia”, enfatiza Antonio Escudero.
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