Doce años después de que el último Consejo de Ministros de 2011 aprobara la candidatura de Villar de Cañas para albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radioactivos de alta actividad y combustible gastado se ha dado ‘carpetazo’ al silo nuclear.
Este miércoles el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha aprobado el Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), que contempla el desmantelamiento y la clausura de las instalaciones nucleares en el horizonte 2027/2035 y también ha acordado dejar sin efecto la designación de Villar de Cañas para albergar el ATC.
En lugar de la construcción de un Almacén Temporal Centralizado, el nuevo plan contempla la creación de siete almacenes temporales individualizados (ATI) de residuos radiactivos en cada central nuclear, donde permanecerán hasta la construcción de un Almacén Geológico Profundo (AGP).
La noticia ha caído como agua de mayo en la Plataforma contra el Cementerio Nuclear en Cuenca, que han brindado con champán frente a la Subdelegación del Gobierno por el final de un proyecto impulsado por Cospedal que nació “viciado y con mucha opacidad con el fin de hacer negocio a través de las empresas de su marido, señala Carlos Villeta, portavoz de la plataforma.
Hay que recordar que en diciembre de 2011, en el primer Consejo de Ministros presidido por Mariano Rajoy tras ganar las elecciones generales, Cospedal logró la adjudicación del ATC a Villar de Cañas, a continuación colocó al frente de la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa) a Francisco Gil-Ortega, uno de sus hombres de confianza, quien adjudicó a destajo contratos ligados al ATC antes de que concluyeran los estudios del suelo, sin autorizaciones previas de las obras y sin saber si el proyecto saldría adelante. Al mismo tiempo se nombró a Ignacio López del Hierro, marido de Cospedal, consejero de Iberinco, la filial de ingeniería y construcción de Iberdrola que hasta la dimisión de Gil Ortega en 2015 resultó ser adjudicataria de contratos por valor de 34 millones de euros.
"El objetivo que tenía Cospedal no era para nada gestionar los residuos radioactivos, era montar un negocio a partir de eso. Esa actitud ha corrido a nuestro favor en la lucha contra el cementerio nuclear al que hoy decimos adiós".
A penas han sido unos cuantos miembros los que han acudido a la Plaza de España, la rueda de prensa con los acuerdos del Consejo de ministros se ha retrasado y eso ha condicionado la celebración, pero “la haremos como se merece como toda la gente que ha estado luchando todos estos años”.
Villeta recuerda que fue el 14 de febrero de 2010 cuando nació la plataforma ciudadana, desde entonces no han dejado de luchar. Se han celebrado numerosas movilizaciones, han acudido a la Fiscalía Anticorrupción, interpuesto denuncias en los Tribunales, o encargado un estudio geológico para demostrar que los terrenos propuestos no cumplían con la estabilidad que requiere una infraestructura “de tanto riesgo” como un cementerio nuclear. Y así, recuerda que se corroboró posteriormente por parte del Consejo General Nuclear, el Colegio de Geólogos y otras organizaciones independientes.
Todo esto, junto al apoyo del Gobierno de Emiliano García-Page, de todos los grupos políticos – a excepción del PP y VOX- y de la sociedad de la comarca ha mantenido en pie a la plataforma, que ha tenido "un periplo larguísimo" sin desfallecer en su empeño.
El éxito, dice Villeta, ha sido aglutinar en la plataforma a toda la ciudadanía, a las formaciones políticas de centroizquierda, a todos los sindicatos, asociaciones y ayuntamientos. “Pero el alma máter de esta plataforma han sido los vecinos de la comarca que han estado siempre movilizados y han acudido a todo tipo de marchas, de cadenas humanas, de manifestaciones, de protestas, etcétera… Y creo que hemos conseguido que las personas de Castilla-La Mancha conocieran un asunto en el que había mucha opacidad, y que pusieran en contra", celebra.
Desde la Plataforma han brindado por el nuevo horizonte que se abre “sin la amenaza” de un cementerio nuclear que a su juicio no solo sería perjudicial para el entorno de Vilar de Cañas, sino para la provincia y la región, puesto que los residuos tendrían que atravesar la geografía castellano manchega para llegar a Villar de Cañas.
“La ciudadanía quiere proyectos pero sostenibles, no un cementerio nuclear”, incide el también portavoz de Ecologistas en Acción de Cuenca, quien aplaude que con la aprobación de del Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR) que pone fecha de cierre a las nucleares “ya no habrá ningún almacén centralizado, sino siete individuales, que de hecho ya se están licenciando, con lo cual es un hecho que el ATC ya es historia y por tanto es un momento de celebrar”.