El uso de la biomasa para calefacciones y calderas está de moda. Según los datos de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), el parque de calderas y estufas abastecidas por esta energía creció en España el año pasado un 56 por ciento, datos que según las empresas especializadas son extrapolables a la provincia de Cuenca, donde cada vez más usuarios se apuntan a esta modalidad de climatización.
Y no solo los hogares particulares, también desde el Gobierno regional se apuesta por la biomasa y ha escogido Cuenca para empezar a implantar el Plan de Biomasa Forestal de Castilla-La Mancha.
En concreto, se instalarán este tipo de calderas como prueba piloto en algunos edificios públicos, como la Dirección Provincial de Medio Ambiente. En otros, como el Centro de Investigación Agraria de Albaladejito ya se usa desde hace tiempo. También las piscinas del pabellón Luis Ocaña se calientan con este sistema. Este curso escolar cinco Institutos de Educación Secundaria han funcionado con biomasa, tres en la provincia y dos en la capital (IES Santiago Grisolía y Pedro Mercedes), y el que viene se instalará en otros dos en Quintanar del Rey y Tarancón, además de otros tres que están pendientes de contratación.
Las ventajas de esta energía renovable son múltiples. Como explica Luis Pacheco, gerente de Ecofricalia, empresa ubicada en Las Pedroñeras y la primera que se creó en la región especializada en este sector, “es limpia, supone un ahorro del 50 por ciento frente al gasoil, crea puestos de trabajo, impulsa la economía de nuestra tierra, y ayuda a prevenir incendios, ya que se emplean recursos forestales y agrícolas para fabricar el pellet que se usa como combustible”.
A efectos prácticos, un litro de gasoil cuesta en torno a 1 euro, mientras que 2 kilos de pellet salen por 0,50 céntimos. El poder calorífico es el mismo a la mitad de precio. Así, en una vivienda unifamiliar de 120 metros cuadrados con calefacción, el consumo anual de pellet sería de unos 950 euros, mientras que de gasóleo alcanzaría los 1.500. Pacheco se encargó de instalar la primera caldera de biomasa en un bloque de vecinos de Cuenca en el año 2010. Dos o tres años después, comenta, “se empezó a conocer de manera masiva y ahora es algo que cuando cualquier particular va a instalar un sistema de calefacción tiene en cuenta junto a los combustibles tradicionales y se baraja como una opción viable”. Hoy, señala, “la biomasa para calentar es imparable y va a más”.
Además de los beneficios para el medio ambiente, el pellet supone un ahorro del 50 por ciento frente al gasoil, e impulsa la economía provincial con la creación de numerosos puestos de trabajo
En opinión de Pacheco todo son puntos a favor. “El rendimiento es el mismo, e incluso más confortable que los combustibles fósiles”. A esto se suma que el dinero del pellet “se queda en la comarca” ya que es un recurso autóctono y no depende de las grandes petroleras de fuera.
Eso sí, hay un hándicap: en la combustión se hace ceniza por lo que hay que limpiar el cajón una vez por semana o cada mes, según sea la caldera. “No obstante, se trata de basura orgánica que puede ir al contenedor verde o usarse como fertilizante si tenemos campo o un huerto”, apunta este empresario.
MARCA PROPIA
Para dar solución al incremento de demanda de pellet como alternativa sostenible a los combustibles fósiles, un grupo de jóvenes empresarios conquenses con gran experiencia en el sector de la madera y la eficiencia energética dieron el paso de crear Cuenergy Biomasa en 2013.
Esta empresa tiene marca propia de pellet, secadero de astilla en Montalbo y marca propia de equipos de biomasa, con distribuidores para su venta repartidos por toda la provincia.
Según explica su gerente, Javier Álvaro Martínez, “nuestro mercado es cubrir la demanda energética de nuestros clientes potenciales más cercanos como almacenes, ayuntamientos, centros de mayores, colegios, empresas privadas, granjas o particulares”.
El pellet de esta empresa proviene del aprovechamiento de los subproductos del aserradero de pino, cien por cien natural, libre de pinturas, melaninas y barnices.
Este material es secado y homogeneizado disminuyendo su humedad para posteriormente pasar por un proceso de molido. La “harina” producida es comprimida a alta presión y pasada por una matriz para formar el pellet. Para su elaboración, debido a la alta presión y temperatura del proceso, la lignina presente en la madera actúa de ligante natural evitando aditivos artificiales.
Álvaro apunta que, además de los beneficios medioambientales, “la generación del pellet es nacional, no hay que importarlo, por lo que genera más trabajo proporcionalmente que cualquier otra energía renovable”. “Por eso cada vez son más los hogares conquenses que deciden obtener calor y confort en su vivienda de una manera sostenible”, apunta, al tiempo que incide en que en su uso empresarial y doméstico destaca que no huele, no es volátil, no contamina y su almacenaje no genera peligro para el usuario.
Cuenergy tiene previsto mover este año entre 3.000 y 3.500 toneladas entre pellet en distintos formatos y astilla seca que distribuirá en un 80 por ciento en Cuenca y el resto en provincias como Toledo, Guadalajara y Valladolid.
En estos momentos, tiene acuerdos de suministro con prácticamente todas las residencias de mayores de la provincia y también suministra a hoteles y complejos hosteleros y áreas de servicio de la Autovía A3. En la capital surten a varias comunidades de vecinos que cada vez optan más por este tipo de calderas.
"La gente se tiene que concienciar de ir aparcando el uso de combustibles fósiles"A todas estas empresas y comunidades de vecinos que han apostado por la biomasa como fuente de energía en sus instalaciones debemos darles la gracias porque por ellos hemos evitado la emisión de miles de toneladas de CO2 a nuestra atmósfera”, destaca el gerente. “Creo que es la mejor opción por seguridad, tranquilidad, limpieza, por ser ecológica y, por supuesto, por el ahorro. Obtienes calor y confort en tu vivienda de una manera económica y sostenible. ”.
Álvaro considera que la biomasa cuenta con una gran experiencia en Centroeuropa, donde países punteros como Austria y Alemania han hecho del pellet su mejor aliado contra el frío. “Sin embargo, en España todavía nos queda mucho trabajo por hacer, la gente se tiene que concienciar e ir aparcando el uso de combustibles fósiles sustituyéndolos por un tipo de energía más limpia y sostenible”.
“Vamos a vigilar que la ambición no haga perder una gestión sostenible”Para los ecologistas, el uso de la biomasa para calefacción “es bastante adecuado y favorable”. Porque como explica el coordinador de Ecologistas en Acción en Cuenca, Carlos Villeta, hay diferentes tipos de combustible de biomasa “y todos tienen un análisis distinto”. Es decir, apoyan la utilización del pellet, las astillas o recursos agrícolas para dar calor pero, por el contrario, no son partidarios de otros como el gas que se extrae de la fermentación de basura, los lodos de depuradoras o los combustibles a base de aceite de palma que se emplean para generar electricidad o mover vehículos “porque son ineficientes”.
Villeta es usuario desde hace cuatro años de una caldera poli combustible que admite pellet, cáscaras de almendra o huesos de aceituna. “Creemos que este sistema es el más adecuado para calentar, sobre todo si se usa en combinación con placas solares en verano”.
Respecto a la obtención del producto, desde Ecologistas en Acción recomiendan que se utilicen solo restos forestales, preferentemente de montes gestionados de forma sostenible. “En este aspecto vamos a estar muy pendientes y vigilantes porque se corre el riesgo de que la ambición lleve a un exceso de extracción de la madera para estos fines que acabe con una buena gestión”, subraya Villeta quien admite que esto aún no ha ocurrido en Cuenca. “Reclamamos a la Administración que haga su parte y esté atenta para que se haga una gestión adecuada de los recursos”.
Por otra parte, abogan porque en zonas como La Mancha, que no tienen bosques cerca, se empleen restos agrícolas.
En opinión del coordinador provincial de Ecologistas en Acción, en la capital conquense no se está aprovechando este recurso como debiera ser. “Sería muy positivo que se hiciera aquí. Nosotros llevamos más de 10 años reclamando un proyecto serio como sería la promoción de una cooperativa que se dedicara al aprovechamiento de pellet y leña de nuestro monte. Es algo que sería muy sencillo de hacer si al Ayuntamiento y los diferentes alcaldes tuvieran interés”, puntualiza. Las ventajas, más importantes si cabe que el que sea una energía limpia, serían a su parecer la creación de empleo y pymes y en los pueblos, lo que ayudaría a fijar población; y que el producto es de aquí “por lo que no tenemos que depender de terceros países”.
Respecto a su experiencia personal afirma que es muy positiva. Los únicos inconvenientes serían el tener que limpiar la ceniza periódicamente y el espacio de almacenamiento del combustible, algo que no es problema para una comunidad de vecinos, por ejemplo. “Por lo demás, los precios se mantienen estables y las empresas de suministro cada vez son mejores en el mantenimiento”.
