Arrastran dificultades para hacer frente al pago de los recibos o sus viviendas no alcanzan unas temperaturas adecuadas en invierno. O las dos cosas. Es la pobreza energética. En algunos hogare, se ven obligados a hacer tristes elecciones en su día a día: o se alimentan o calientan sus casas.
Durante el pasado año y en el marco del Plan de Pobreza Energética de Castilla-La Mancha, se tramitaron en la provincia de Cuenca 790 ayudas para paliar estos problemas, que beneficiaron a 2.195 personas, entre ellas 938 menores. El número de ayudas se ha reducido sustancialmente desde que este programa se pusiera en marcha en la región en 2016: ese año se gestionaron 1.090 mientras que la cifra bajó a 608 en 2017, aunque volvió a subir ligeramente el ejercicio pasado.
Además, durante el año 2018 y en el marco de este plan, se paralizaron 32 cortes de luz y gas en la provincia de Cuenca, y se intervino en cuatro casos para la reposición de suministros.
La bajada en el número de ayudas se ha producido a pesar de que en la actualidad se puede solicitar hasta dos veces al año este apoyo económico, que asciende a 150 euros en cada ocasión, lo que suma un total de 300 euros. Inicialmente, cuando se puso en marcha este programa solo se podía pedir una vez.
PARALIZACIONES DE LOS CORTES DE SUMINISTRO
No obstante, el número de paralizaciones de cortes de suministro es similar en los dos últimos años en la provincia de Cuenca. Así, en 2017 se registraron 34 frente a las 32 de 2018.
En cuanto a las reposiciones de suministro, tanto en 2017 como en el año pasado se intervino hasta en cuatro casos en cada uno de los ejercicios.
Respecto a 2019, en lo que va de año (en concreto, hasta el 4 de marzo), ya se han tramitado 86 ayudas a las familias y se ha intervenido desde Bienestar Social en cinco ocasiones para paralizar cortes de suministros.
Hay que recordar que el Plan contra la Pobreza Energética forma parte de la Estrategia contra la Pobreza y Desigualdad Social de Castilla-La Mancha, que arrancó en el año 2016 con el objetivo de combatir la desigualdad social en la comunidad.
En concreto, el programa relacionado con los suministros eléctricos pretende garantizar las necesidades básicas de las familias castellanomanchegasen esta cuestión y evitar que en los hogares de la región se corte la luz o el gas.
Las ayudas se tramitan desde los Servicios Sociales de Atención Primaria, que son quienes intervienen para garantizar los suministros energéticos de los hogares con necesidades. Los trabajadores sociales hacen una valoración de cada caso en concreto y, si se considera que están en una situación de emergencia por esta cuestión, se gestiona la concesión de este apoyo económico. En la mayoría de las ocasiones, ya se está interviniendo con estas familias porque están pasando dificultades.
El perfil de los beneficiarios de este tipo de ayudas responde al de una familia con bajos recursos económicos y muchas de ellas se encuentran en riesgo de exclusión social. En la mayoría de los casos, tienen menores a su cargo. También es otra característica común que solo trabaje uno de los miembros del hogar, por lo que hay dificultades para cubrir las necesidades más básicas.
En 2017 y 2018, se intervino en cuatro reposiciones de suministro en cada ejercicio
REDUCCION DE LA POBREZA EN CASTILLA- LA MANCHA
De la bajada del número de ayudas contra la pobreza energética tramitadas en la provincia de Cuenca desde que se puso en marcha el plan regional puede hacerse una lectura positiva porque parece implicar que hay una menor necesidad en los hogares conquenses para hacer frente a las facturas, al hilo de la mejoría económica y a la bajada del desempleo que se ha registrado en el país en los últimos tiempos.
En el caso de nuestra región, según recoge la Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en Castilla-La Mancha se ha reducido la tasa de pobreza severa en los últimos años: del 8,5% que se registraba en 2015 se ha pasado al 4,4% de 2017, por debajo de la media nacional, que se situaba en un 5,1%.
Además, en la región también se ha recortado en cuatro puntos el porcentaje de población en riesgo de pobreza y exclusión, y Castilla-La Mancha es la tercera comunidad en la que más ha bajado la tasa de riesgo de pobreza respecto al año 2016.
EMERGENCIA SOCIAL
Además de las ayudas contra la pobreza energética, también hay otro tipo de apoyos regionales para garantizar el mantenimiento de los suministros, mediante el convenio con comercializadoras de energía. Durante 2018, se registraron 40 intervenciones en hogares de la provincia de Cuenca, con 76 personas beneficiarias, siendo 34 de ellas menores.
Otro tipo de ayudas son las de emergencia social, que están destinadas a evitar los cortes de suministros energéticos. En el pasado año, se registraron 20 intervenciones en la provincia de Cuenca, de las que resultaron beneficiadas 77 personas, entre llas 42 menores.
Estas ayudas son posibles gracias a un convenio de colaboración entre la Consejería de Bienestar Social y las comercializadoras de luz y gas y con ellas se pretende que no se le corte a nadie drásticamente, en pleno invierno, el suministro de luz o gas.
También hay otras ayudas que sirven para financiar el 50% de las facturas impagadas de las personas que tienen reconocido el bono social, descuento en los recibos para aquellos consumidores especialmente vulnerables.
Aunque la persona sea beneficiaria del bono social, si en un momento dado no puede hacer frente a las facturas, se le puede ayudar a hacer frente hasta dos recibos al año.
Además de estos apoyos, las familias castellanomanchegas también pueden optar a otras ayudas de emergencia social.
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