El alza de la luz o del gas en los últimos tiempos es una de las preocupaciones de las familias. Para apoyar en este ámbito a los más vulnerables, las ayudas contra la pobreza energética del Gobierno regional han llegado a fecha 24 de mayo a 155 hogares. A pesar del incremento de las facturas, este dato supone un descenso del 31,42% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando se otorgaron 226.
Las 155 ayudas autorizadas en lo que llevamos de año benefician a un total de 617 miembros de las unidades familiares, de los que 311 son menores, según precisa la delegada provincial de Bienestar Social, Amelia López.
Además, durante este 2022 se ha mediado con las compañías energéticas para paralizar cuatro cortes de suministro y en otros cuatro casos, se ha intervenido para la reposición del servicio que ya se había visto interrumpido.
Estas ayudas se incluyen dentro del Plan contra la Pobreza Energética de Castilla-La Mancha, enmarcado a su vez en la Estrategia contra la Pobreza y Desigualdad de Castilla-La Mancha, que se puso en marcha en 2016.
Necesidades básicas
Pero ¿qué se considera pobreza energética? “Lo entendemos como la situación en la que se encuentra una persona o una unidad de convivencia que tiene dificultades y carencia de recursos económicos para poder disponer en su vivienda de un suministro energético necesario para cubrir sus necesidades básicas, bien sea de luz, de gas, de pellet, de leña…”, detalla la delegada de Bienestar Social.
“El objeto de las ayudas es contar con una herramienta por parte de los servicios sociales para paliar este tipo de necesidad en las personas más vulnerables, en situaciones de pobreza severa”, añade la responsable.
Los trabajadores sociales de Atención Primaria son los que prescriben estas ayudas, teniendo en cuenta los siguientes requisitos: que los servicios sociales estén interviniendo con el posible beneficiario, que tenga a su cargo a menores de 16 años y que cuente con escasos recursos, según explica López.
Desde que se pusieron en marcha las ayudas en 2016, se han otorgado cerca de 4.000 en la provincia de CuencaEl Gobierno regional ha vuelto a renovar este año el convenio de colaboración con Cruz Roja para la ejecución del Plan contra la Pobreza Energética. De esta manera, una vez concedidas las ayudas por parte de Bienestar Social, la información es derivada a la organización humanitaria, que es quien hace efectivo el pago en un plazo de diez días.
Estas ayudas a familias vulnerables tienen una cuantía fija de 150 euros, que se podrá solicitar una vez al año –anteriormente se podían pedir hasta en dos ocasiones pero en 2020 se decidió bajar a una–.
EJERCICIO 2021
Durante todo el año 2021, se concedieron 372 ayudas, hubo 16 paralizaciones y se gestionaron 14 reposiciones en la provincia de Cuenca. El número de ayudas es muy similar al tramitado durante 2020, ejercicio marcado por la pandemia y cuando se concedieron 375 apoyos.
“Desde 2016, que fue cuando se pusieron en marcha este tipo de ayudas a la pobreza energética, llevamos cerca de 4.000 ayudas otorgadas en la provincia de Cuenca”, precisa la delegada de Bienestar Social.
Junto a este subsidio para abordar situaciones de pobreza energética y las paralizaciones y reposiciones, hay un tercer tipo de apoyo: las ayudas de emergencia. En los casos de aún mayor necesidad, se pueden conceder ayudas para la adecuación y mantenimiento de la vivienda, entrando también el pago de los suministros energéticos, según apunta López. Hasta la fecha, se han registrado 252 en la provincia de Cuenca.
Además de este apoyo por parte del Gobierno regional, también hay otros dos tipos de ayuda del Ejecutivo central: el bono social térmico y la cofinanciación del 50% de las facturas impagadas.