La avispilla del almendro no deja de extenderse. Con el fin de combatirla, la Consejería de Agricultura tiene previsto incluir seis nuevos municipios de la provincia de Cuenca en el listado de pueblos de la región en los que el Gobierno regional declaró esta plaga hace dos años y en los que deben aplicarse de forma obligaroria medidas fitosanitarias para hacerle frente. En total, 36 localidades conquenses se ven afectadas por este insecto.
Almodóvar del Pinar, Cardenete, Casas de los Pinos, Narboneta, Vara del Rey y Víllora son los municipios conquenses que se van a sumar a la treintena de localidades de la provincia que ya se vieron afectadas por esta plaga en 2019. En el conjunto de la región, también se incorporarán todas las de la provincia de Albacete, además de los pueblos ciudadrealeños de Ruidera, Socuéllamos y Tomelloso, según recoge una hoja informativa de la Consejería de Agricultura fechada en febrero.
Entre las medidas que deben adoptarse obligatoriamente, se contempla la aplicación de tratamientos fitosanitarios autorizados por el ministerio del área en los momentos en que la plaga sea más vulnerable. Además, deben retirarse los frutos afectados antes de la emergencia de los adultos, que deberán ser quemados y no se podrán utilizar para alimentar al ganado, combustible de estufas u otros usos.
Asimismo, los almacenes receptores de almendra deberán evitar la contaminación de las partidas, procediendo a la destrucción de los frutos que detecten infestada. Dado que el empleo de productos químicos puede representar un peligro para las abejas en época de floración, los agricultores deberán comunicar el inicio de los tratamientos a la Oficina Comarcal Agraria correspondiente.
“La plaga de avispilla va avanzando y se irá extendiendo. Seguiremos teniendo problemas”, reconoce Fernando Pinedo, gerente de la Agrupación Castellanomanchega de Productores de Frutos Secos, cuya sede está en Cuenca. No obstante, hace hincapié en que se puede controlar si se aplican las medidas fitosanitarias pewrtinentes.
Pinedo señala que desde el colectivo recomiendan a los agricultores que coloquen trampas -pueden fabricarse con botellas transparentes- en los almendros para controlar la aparición de los primeros adultos de la avispilla. La puesta del insecto se produjo en la primavera anterior en la almendra recién cuajada, alimentándose la larva de la semilla todo el año, eclosionando a la campaña siguiente.
La fecha en la que aparecen los primeros adultos varía según la campaña aunque el gerente precisa que suele ser sobre finales de marzo o en abril, cuando el fruto tiene más o menos el “tamaño de un guisante” “Erradicar la avispilla es complicado pero se puede controlar”, insiste.
“En principio, puede ser una buena cosecha”
El temporal Filomena que afectó a gran parte del país en enero ha tenido un doble efecto en el cultivo del almendro. Por un lado, perjudicó a algunas parcelas de la provincia de Cuenca- que cuenta con 32.000 hectáreas-, helando las yemas, aunque, por otro, la nieve vendrá bien para esta campaña porque garantiza abundancia de recursos hídricos.
Fernando Pinedo, gerente de la Agrupación Castellanomanchega de Productores de Frutos Secos, precisa que es inusual que este cultivo se hiele en invierno ya que los mayores riesgos suelen darse en primavera -hasta finales de abril- pero las bajas temperaturas que dejó el temporal en algunos municipos sí afectaron a algunas parcelas “aisladas”, sobre todo en Sisante y los alrededores. No obstante, el frío ha tenido otra consecuencia buena: las fuertes heladas atacan a algunas plagas.
Aunque el mejor efecto del temporal es que el agua ha mojado bien los suelos, lo que vendrá muy bien al cultivo. “En principio, puede ser una buena cosecha”, confía Pinedo que, no obstante, muestra incertidumbre por la inestabilidad de los precios, que sí son algo mejores y más constantes en producción ecológica.