La lucha contra la Covid-19 sigue avanzando en la provincia. Tras la vacunación en residencias y en centros sociosanitarios y a personal sanitario, a partir del 16 de febrero se comenzó a vacunar de forma paulatina y simultánea a nuevos grupos: usuarios y personal de viviendas tuteladas, grandes dependientes y sus cuidadores, mayores de 95 años y después de 80, y programa de ayuda a domicilio. En total, la Gerencia de Atención Integrada de Cuenca había vacunado ya a fecha 1 de marzo a 11.722 personas al menos con una dosis, aunque más de 5.600 ya tienen puestas las dos.
Así lo explica María Victoria Cruz, subdirectora de Enfermería de la Gerencia de Atención Integrada de Cuenca, que detalla que más de 150 enfermeras de Atención Primaria se están haciendo cargo de la vacunación de estos nuevos grupos, que se está llevando a cabo en los centros de salud, consultorios locales y en los propios domicilios.
“Se han empezado a vacunar al grupo IV de la estrategia de Sanidad, que comprende los grandes dependientes con un cuidador principal, las viviendas tuteladas y los trabajadores de ayuda a domicilio”, precisa la responsable. Por otro lado, también se está procediendo a proteger frente a la Covid-19 al grupo V, que engloba a los mayores de 95 años y a los de 80.
A los grandes dependientes ya se les ha administrado su primera dosis -junto a uno de sus cuidadores-, habiéndose puesto un total de 1.600 vacunas en este grupo (800 dependientes y 800 cuidadores).
Asimismo, se ha vacunado también ya a 400 usuarios de viviendas tuteladas y a 120 empleados de estos recursos, además de a 550 personas del programa de ayuda a domicilio.
Pauta completa
“Estos grupos tienen puesta ya la primera dosis y la próxima semana les toca la segunda, con lo que tendrían la pauta completa de vacunación”, señala la subdirectora de Enfermería.
Por otro lado, se comenzó también con la vacunación de los mayores de 95 años y, esta semana, con los de más de 80, del Área de Salud de la Gerencia de Atención Integrada de Cuenca, que comprende 32 zonas básicas de salud de la provincia y que atiende en conjunto a una población de más de 135.000 habitantes.
A fecha 1 de marzo, Atención Primaria había administrado en la Gerencia de Cuenca un total de 3.376 primeras dosis a estos grupos. “Las enfermeras están vacunando en el centro de salud o consultorio local correspondiente a quien puede desplazarse, y se está yendo a las casas de las personas que están incluidas en el programa de ayuda a domicilio”, explica.
En el caso de los grandes dependientes, al 99% se les ha vacunado en su casa. En el grupo de los mayores de 80 años, hay también un porcentaje alto que no puede acudir al centro de salud por lo que el personal sanitario se desplazará a sus domicilios.
“Esperamos que los mayores de 80 estén todos vacunados a lo largo de marzo, al menos con la primera dosis. Y un porcentaje superior al 50% tenga ya la segunda dosis administrada. Pero depende también de las entregas de vacunas que se vayan haciendo semanalmente. Esperamos que, a partir del mes que viene, el suministro aumente considerablemente porque en Atención Primaria tenemos muchísima más capacidad para vacunar que las dosis que estamos recibiendo”, asegura la responsable.
En cuanto se termine con la vacunación de este grupo, se continuará, según la estrategia definida por el Ministerio de Sanidad, por rangos de edad de diez en diez años: de 70 a 79 y de 60 a 69. “Iremos reduciendo así”, añade.
No obstante, en todos los grupos queda gente pendiente de vacunar porque ha habido personas a las que, por enfermedad o por otros motivos, no se les pudo administrar las dosis con su grupo correspondiente y se procede después.
La vacuna supone un rayo de esperanza en medio de esta pesadilla y la acogida está siendo buena: “Están deseando. No paran de llamar a los centros de salud preguntando cuándo les va a tocar. Tras el rechazo inicial que generó esta vacunación, ahora prácticamente toda la población quiere vacunarse, especialmente los más vulnerables, para poder llevar una vida más normal”.
Además de a estos grupos, se ha vacunado también a trabajadores de clínicas privadas e instituciones penitenciarias. Y también se administrará a partir de la semana que viene desde los centros de salud las dosis a unos 500 usuarios de mutuas.
GRAN ESFUERZO
La responsable agradece el esfuerzo del personal que está participando en esta campaña contra la Covid-19. “Esta vacunación tiene una logística complicada porque no es monodosis y porque el grueso de vacunas que estamos recibiendo, de Pfizer, requiere una congelación a menos setenta grados. Eso dificulta mucho el proceso porque, una vez que se descongelan, caducan a los cinco días, y hay que planificarlo todo para no perder ninguna”, apunta Cruz.
Así, se cuadran las agendas al milímetro para que no haya dosis sobrantes al final de cada jornada. Y si algún usuario citado no acude al centro de salud, se llama a personas convocados para el día siguiente con el fin de no desperdiciar ningún trocito de esperanza.
