De “grave” califica el presidente del Banco de Alimentos de Cuenca, Antonio Villaseñor, la actual situación de una parte de la sociedad conquense con motivo de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19. Y es que, tal y como asevera, “todos los días tenemos gente pidiendo alimentos y lo peor es que no hay visos de que tenga una pronta solución”.
Desde la primera ola de la pandemia la demanda de alimentos no ha dejado de incrementarse en nuestra provincia y están atendiendo a unas 9.000 personas, “cuando lo habitual es que prestemos ayuda a unas 6.500 personas en todo el año”, recalca Villaseñor.
Un incremento de los demandantes que, como es lógico, ha traído consigo un aumento considerable de los alimentos distribuidos hasta el momento, que ronda los 400.000 kilos; una cifra que, según detalla Villaseñor, a estas alturas del año ya ha alcanzado el volumen de alimentos distribuido en todo el año anterior.
En la actualidad, se está acometiendo la distribución de alimentos procedentes del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) entre el medio centenar de entidades colaboradoras, entre asociaciones, fundaciones, parroquias, etc., a los que hay que sumar el reparto directo a particulares iniciado en marzo con el estado de alarma y que continúa en la actualidad.
El perfil habitual de los más vulnerables que acudían al Banco de Alimentos, según su presidente, ha sido habitualmente el de una familia de inmigrantes, pero en los últimos años cada vez eran más las familias de españoles que se veían obligados a pedir alimentos, hasta el punto de que antes de la pandemia llegaron a equipararse y, en la actualidad, siguen así. No en vano, predominan familias con dos o tres hijos, aunque hay de todo tipo.
Y es que, en palabras de Villaseñor, están volviendo a pedir ayuda aquellas personas que han vuelto a los ERTE, otros que aún ni los han cobrado, los despedidos por la crisis económica asociada a la pandemia y aquellos que han venido a Cuenca de otras ciudades y pueblos donde no podían ni pagar el alquiler y ahora están viviendo varias familias en la misma casa.
Antonio Villaseñor: “La campaña de recogida de alimentos de este año será distinta a la habitual, porque por motivos de seguridad sanitaria no vamos a estar presencialmente en los supermercados, sino que los ciudadanos podrán donar dinero en las cajas cuando vayan a pagar su compra”Con este escenario, la colaboración de todos es más necesaria, si cabe, y por eso desde el Banco de Alimentos se hace un llamamiento a los conquenses para que contribuyan, como suelen hacer, con la tradicional campaña de recogida de alimentos del mes de noviembre.
Una campaña que este año “será distinta a la habitual, porque por motivos de seguridad sanitaria no vamos a estar presencialmente en los supermercados, sino que los ciudadanos podrán donar dinero en las cajas cuando vayan a pagar su compra y todo lo recaudado se destinará a adquirir aquellos alimentos que sean más necesarios en ese momento”, explica Villaseñor.
En vez de reducirse a dos días, como venía siendo habitual, la campaña de este año se llevará a cabo a mediados del próximo mes de noviembre y durante una semana con el fin de dar la posibilidad a los conquenses de volver a ser solidarios.
Algo de lo que no duda el presidente de Alimentos de Cuenca, porque “la generosidad de los conquenses está más que comprobada”. De ahí que confíe en que un año más se vayan a alcanzar, al menos, los 80.000 kilos de alimentos de años anteriores. Con lo que se consiga en esta campaña y las actuales existencias, Villaseñor asegura que estaría garantizada la atención de la demanda de ayuda hasta primeros de enero, “a partir de ahí ya veremos qué ocurre”.
