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Los apicultores conquenses alertan del “grave problema” de los abejarucos

Aseguran que, junto a la plaga de la varroa, en Cuenca están sufriendo "un acoso muy grave" de esta ave africana, en especial en los últimos dos años
Los apicultores conquenses alertan del “grave problema” de los abejarucos
Dos ejemplares de abejaruco.
21/10/2021 - Miguel A. Ramón

El problema de la falta de agua para sacar adelante su explotación es una constante a la que se tienen que enfrentar año tras año los apicultores, si bien éste no es solo el único quebradero de cabeza, puesto que las plagas están al orden del día y, sin duda, dedican mucho de su tiempo a luchar contra ellas.

Una persistente y que llevan décadas combatiendo es, sin lugar a dudas, la varroa; un ácaro que diezma año tras año la población de abejas de muchas explotaciones y que, a pesar del esfuerzo de todos, “no solo no somos capaces de frenarla, sino que cada vez se hace más peligrosa y más resistente, tal y como recalca Isidro Marín, presidente de la Asociación Provincial de Apicultores de Cuenca.

Reconoce que la administración está ayudando al sector a acometer los distintos tratamientos contra esta plaga y, de hecho, según subraya Marín, este año, incluso, está prevista autorizar hasta dos tratamientos, porque no deja de ir en aumento. Para el sector, los laboratorios deberían echar el resto y hacer un esfuerzo en investigación para poder acabar con la varroa y exterminarla de las explotaciones.

Pero ésta no es la única plaga que preocupa al sector. Y es que la presencia del abejaruco ha registrado un notable incremento en los últimos años en nuestro país y la provincia de Cuenca no está siendo una excepción, lo que “se está convirtiendo en un grave problema para la apicultura”, alerta Marín. De hecho, llama la atención sobre la circunstancia de que “en Cuenca estamos sufriendo un acoso muy grave de esta ave africana, en especial en los últimos dos años”. Los apicultores, según asegura, se están encontrando en sus explotaciones con bandadas de más de 100 abejarucos; todo un problema, señala Marín, sobre todo por el hecho de que “cada uno de ellos puede comerse al día en torno a medio centenar de abejas”.

El sector considera, en consecuencia que las administraciones deberían tomarse en serio el problema de estas aves y adoptar las medidas necesarias para atajar esta plaga que tanto daño está haciendo a la apicultura.