Una cucharada de miel es mucho más que un alimento: es lucha contra el cambio climático, es biodiversidad, es vida. Con el fin de divulgar los beneficios de una apicultura sostenible y participativa y trabajar en la defensa del medio ambiente, ha nacido en Cuenca la iniciativa Colmenas Compartidas, un proyecto que ha echado a andar de la mano de José Manuel Valverde y Santiago Cuerda, y que, entre otras acciones, busca personas que apadrinen colmenas.
“Las abejas hacen un gran bien a la reproducción floral”, insiste Valverde, secretario de la Asociación de Apicultores de Cuenca (APAC) y asesor técnico de Colmenas Compartidas. En concreto, el experto detalla que estos insectos facilitan la polinización de entre el 85% y 90% de las plantas y del 70% de los cultivos.
El proyecto lleva gestionándose desde septiembre y una de las propuestas que plantean para ayudar a las abejas es a través del programa de apadrinamiento de colmenas. Además de recibir una parte de la cosecha de miel, el colaborador podrá visitar la colmena compartida y vivir una jornada especial en contacto con estos animales.
Tras el descanso invernal de las abejas, las visitas podrán realizarse desde marzo hasta octubre.
Las colmenas están ubicadas en el municipio conquense de Buenache de Alarcón (Cuenca). Tras el descanso invernal de las abejas, las visitas podrán realizarse desde marzo hasta octubre.
Hay diferentes precios dependiendo de la modalidad del apadrinamiento. Los organizadores destacan que, participando en este Club de Apicultura Comunitaria y Autoconsumo de Miel, se ayuda a proteger a las abejas; se fomenta una apicultura sostenible; se contribuye a una economía compatible con el medio ambiente en los pueblos, que están cada vez más vacíos; y se consume “miel local y de calidad, con todas sus propiedades, directamente de la colmena, sin pasteurizar ni mezclar con otras mieles”.
“Al compartir una colmena, ayudas a la conservación de las abejas, y la mejora de la biodiversidad, por la labor polinizadora que realizan. Nuestras abejas desaparecen, y, de ellas, dependen más del 70% de nuestros alimentos. Sin abejas y otros polinizadores, no habrá frutas ni verduras”, destacan desde Colmenas Compartidas.
Valverde espera que sean muchas las personas que se sumen a esta iniciativa y hace un llamamiento a los conquenses, principalmente a las “personas concienciadas contra el cambio climático” y que quieran contribuir a la defensa del medio ambiente, para que se sumen al proyecto.
En cuanto al plano de la divulgación, están programando diferentes cursos de apicultura sostenible tanto online como presenciales (de fin de semana) que están destinados a personas no iniciadas en este mundo para acompañarles en sus primeros pasos en el cuidado de las colmenas. No obstante, también están dirigidos a apicultores que deseen mejorar su cualificación.
Los cursos a distancia también incluyen la realización de prácticas apícolas en los colmenares para completar la formación y aprender sobre el terreno.
MIEL ENCANTADA
Otro de los proyectos que tienen en mente es la salida al mercado de la marca Miel encantada, con la imagen de las Casas Colgadas. “El dominio ya estaba y lo hemos recuperado ahora”, detalla Valverde.
“No será una producción muy grande”, detalla este apicultor, que explica que uno de los retos es que se pueda incluir esta miel como uno de los productos turísticos de Cuenca.
“El objetivo final es que la apicultura no desaparezca”, recalca, haciendo hincapié en que esta iniciativa nace en un “momento delicado” para el sector, que se enfrenta a las “importaciones masivas de miel” desde China, al problema del etiquetado, a la muerte de las abejas y a las consecuencias que está teniendo la sequía para las abejas.
“Las abejas y el resto de polinizadores están desapareciendo, por la alteración de los hábitat y la contaminación por pesticidas, entre otras causas. La abeja es, según la ONU, la especie animal más importante”, recuerdan desde Colmenas Compartidas.
La Asociación de Apicultores de Cuenca (APAC) tiene unos 512 socios en la provincia, que cuenta con cerca de 50.000 colmenas. Entre los retos del colectivo, Valverde apunta a la consecución de una Indicación Geográfica Protegida (IGP) de miel en Castilla-La Mancha. “El principal problema sería la financiación”, lamenta este profesional.