Los Amigos del Telégrafo abogan por recuperar la red conquense

La singularidad de la red de telegrafía óptica de la provincia de Cuenca y el estado de conservación de 16 de las 20 torres que la conformaron son motivos más que suficientes para que se acometa su recuperación y puesta en valor, al menos para la Asociación de Amigos de Telégrafos de España. 

Su delegado en Cuenca, Jesús López Requena, aboga por ello y considera que debería darse este paso hacia adelante, máxime tras la declaración en 2020, por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha, de las dos líneas de telegrafía óptica conquenses como Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Sitio Histórico. Una protección más que acertada, en su opinión, que debe de ser la antesala de una intervención de mayor envergadura con la que recuperar algunas torres y revalorizar el concepto de línea; algo que, según dice, ya se contemplaba en un proyecto que tiene elaborado el Colegio de Arquitectos de Cuenca.

Desde la Delegación en Cuenca de esta asociación nacional se plantea la necesidad de consolidar y restaurar algunas de las torres, para lo que consideran que debería tenerse en cuenta no solo el estado de conservación, sino también la accesibilidad hasta ella como elemento de atracción de visitantes.

Con estas premisas, dos torres de telegrafía óptica que podrían ser susceptibles de ser recuperadas de manera integral serían, en su opinión, la de Castillejo de Iniesta por su excelente estado de conservación, y la de la Mendoza, en el paraje de Abengózar, muy cerca del nuevo hospital universitario de la capital conquense, no solo por su conservación, sino también por su aceptable accesibilidad y, en consecuencia, su potencialidad como recurso turístico.

Otra actuación a tener en cuenta que, además sería pionera en Europa, sería acometer tal rehabilitación que permitiera transmitir entre dos torres, por ejemplo entre la de Mendoza y el Museo de las Ciencias.

Completarían la intervención necesaria, la señalización de todas las torres con la información pertinente, incluidas las cuatro desaparecidas, en cuyos emplazamientos se podrían colocar un hito para, de esta manera, preservar el concepto de línea de telegrafía óptica. Un proyecto que, a su juicio, vendría no solo a preservar este patrimonio sino también a convertirlo en todo un atractivo. 

La declaración de las líneas de telegrafía óptica de la provincia de Cuenca como Bien de Interés Cultural en 2020 se convertía en el argumento perfecto para la Asociación de Amigos del Telégrafo de España, que decidió celebrarlo ese mismo año realizando en Cuenca algunas de sus actividades anuales, entre ellas su Asamblea General, pero el inicio de la pandemia impidió que así fuera.

Dos años después, ha llegado el momento y los miembros de esta asociación nacional se van a desplazar a Cuenca del 29 de mayo al 3 de junio para conocer algunos de sus enclaves más destacados, desde el Parque Arqueológico de Segóbriga y el Monasterio de Uclés hasta la Ciudad Encantada, Priego, San Clemente, Alarcón y, como no, la capital. De hecho, en ella va a celebrar, como colofón a la estancia, la XVII Asamblea General de la asociación y una comida de hermandad, en la que, además, se entregarán distinciones a algunos de sus miembros, así como reconocimientos a personas e instituciones que se han distinguido en la protección de las torres telegráficas conquenses. Como consecuencia, se hará entrega de la Insignia de Telégrafos al Colegio Oficial de Arquitectos de Cuenca, al jefe del Servicio de Patrimonio de la Delegación Provincial de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Castilla-La Mancha, Carlos Villar, y al expresidente de la Diputación Provincial de Cuenca, Benjamín Prieto.

Asimismo, recibirán la distinción conocida como ‘Kdo’ los telegrafistas conquenses Alfonso León y Francisco Jarque.