Las altas temperaturas de los últimos días, con máximas por encima de 40 grados en La Mancha conquense, han tenido un impacto negativo en el ajo morado, el cultivo está en la fase final de maduración y la ola de calor ha acelerado el proceso de secado de la planta, especialmente en las zonas con mayor escasez de agua.
El presidente de la Mesa Nacional el Ajo, y de la cooperativa de segundo grado Coopaman, Julio Bacete, destaca que en la comarca manchega el cultivo ya se vio afectado por el calor de mediados de mayo y ahora prácticamente “los ha tostado”, por lo que señala que algunos los productores se estén planteando iniciar la recolección la próxima semana.
Este adelanto de más de veinte días en relación a una campaña normal se traducirá en una merma de calibre. Aún es pronto para hablar de porcentajes de pérdidas, entre otras cosas porque no todas las parcelas se han visto afectadas de la misma manera, pero las primeras estimaciones hablan ya del 20 por ciento.
Habrá que esperar a la recolección y corte del producto para poder cuantificar la pérdida de kilos, si bien Julio Bacete aclara que “solo con la reducción de un calibre en el tamaño del bulbo, la pérdida de cosecha ronda el 20 por ciento”. Con todo, destaca que lo que sí se está viendo es que el palote –brote de ajo- no ha salido "en las condicionss que tendrá que salir, está como asfixiado y no es lo grande que tendría que ser".
Con todo habrá que esperar la evolcuión, si bien enn el caso de las parcelas más afectadas, el presidente de Coopaman subraya que a estas alturas no hay posibilidad de revertir la situación por mucho que bajen las temperaturas, si bien destaca que “la calidad no se verá afectada”.