Desde finales del mes de enero, por muchos rincones de la provincia de Cuenca ya se puede ver cómo muchos almendros ya están en plena floración. Es una estampa bonita, pero no es lo habitual, puesto que esta imagen tradicionalmente se ha dado en época primaveral.
Y es que, los inviernos cada vez más cálidos están llevando a las variedades tempranas de este producto, como la largueta, a sacar su flor antes de tiempo. Este año, según expone el gerente de la Agrupación Castellanomanchega de Productores de Frutos Secos, Fernando Pinedo, este año han sido en torno a los 20 o 25 los días en que la floración se ha adelantado.
Esta situación se está dando sobre todo en zonas de la comarca de La Manchuela, donde la largueta tiene mayor presencia como es Villalpardo, donde ya está el 100% de la flor abierta. En otras zonas como Minglanilla o El Herrumblar está un poco más retrasado pero sí que se está abriendo ya la flor y en torno al 40% está abierta.
Las variedades más tardías, como la guara, mairo o marinada, o las extra tardías como macaco o penta todavía no han iniciado la floración, pero se calcula que sea a primero del mes de marzo cuando las primeras flores se abran, aunque todo dependerá de la temperatura que haga las próximas semanas.
“No es bueno que se adelante la floración, porque cuanto más se adelante, más días de riesgo tenemos por heladas”, sostiene Pinedo, quien asegura que el más crítico es marzo o abril, cuando el fruto está empezando a cuajar y es cuando se puede echar a perder la cosecha.
Aun con estos riesgos, y con variedades tempranas que ya han florecido, el gerente de la agrupación de productores de frutos secos cree que ahora mismo la campaña de 2024 “va bien” porque, gracias a las lluvias de principios del mes de enero, los árboles se han podido nutrir para empezar con la floración. Por eso, si las condiciones meteorológicas continúan como hasta ahora, con lluvias –sobre todo en abril-, días de sol y sin llegar a helar, habrá una buena cosecha.
Si se mantienen las condiciones climáticas como hasta ahora y llueve en abril, se podrían recoger más toneladas de producto que el año pasado
Gracias a las últimas precipitaciones registradas, los árboles se están empezando a recuperar de la sequia del año pasado, y además ahora es cuando está empezando a mover la savia y a echar los brotes nuevos. Pero aun así, se necesitan más lluvias para que se sigan formando los frutos dado que lo caído no ha sido suficiente para recuperarse.
Con todo esto, de ahí que desde la agrupación tengan buenas sensaciones con esta campaña, porque la variedad temprana, que es la más susceptible a los cambios bruscos de temperatura, solo representa un 5% del total de almendros de la provincia de Cuenca. Y es que, cuando salieron las variedades de floración más tardía, se empezó a injertar más para así evitar el riesgo de helada.
Por eso, cada vez hay más plantaciones nuevas que van entrando en producción, lo que hace que la cosecha vaya a más cada año. Se prevé que la del 2023 finalice con unas 5.000 toneladas (no se ha acabado de entregar cosecha), y si no pasa nada, se estima que para este 2024 se pasen de las 5.400 toneladas si no pasa nada.
INCREMENTO
Pinedo apunta a que este incremento de superficie de almendros se dio estos años de atrás, cuando los precios eran muy buenos, funcionaban bien las cosechas, y no se producían heladas. Ahora se ha frenado la implantación de almendros porque los precios apenas cubren los costes de producción y las heladas de años anteriores están haciendo mucho daño.
Otro de los problemas es que los seguros agrarios han bajado la producción que se asegura hasta la mitad, por lo que este año casi ninguna cosecha ha sido asegurada. “Los kilos que te aseguraban eran una cosa ridícula, además que la prima del seguro era mayor”, sostiene.
De este modo, hace unos años el kilo de almendra ecológica se vendía a 8,80 euros, pero ahora ha bajado hasta los 5,40 euros. En cuanto al cultivo convencional, se ha pasado de vender a 5 euros el kilo de almendra en grano a unos 3,10 euros, lo que está provocando que la gente se desilusione.
PROBLEMA DE ALMENDRA AMARGA
En la provincia de Cuenca, se sigue arrastrando otro problema, que es la mezcla de almendra amarga y dulce a la hora de comercializar. “Hay mucha picaresca”, destaca Pinedo, quien incide en que cuando se exporta al extranjero y aparece alguna amarga, devuelven la mercancía y se cierra mercado en ese país.
Por eso, desde la agrupación se pide concienciación a este respecto para que, a la hora de recolectar, se separe en sacas diferentes las almendras amargas y dulces. “Mucha gente no es consciente pero mezclar los dos tipos de producto puede ser muy perjudicial, y al final en el extranjero pueden llegar a decantarse por la almendra de otros continentes como el americano”, concluye Pinedo.