La escasez de precipitaciones durante los primeros meses del año dejará los cultivos en una situación irreversible si no llueve en un periodo que oscila entre los 10 y 15 días, dependiendo de la zona de la provincia.
Según Asaja Cuenca, la situación del cereal es muy preocupante, ya que la falta de agua y las altas temperaturas han adelantado el ciclo normal de estos cultivos. Si no llueve, tal y como apuntan las previsiones meteorológicas, las pérdidas pueden alcanzar más del 80 por ciento y entraremos en una situación de “no retorno”.
Así lo ha indicado secretario general de ASAJA Cuenca, Manuel Torrero, quien recuerda que estamos en un momento decisivo en el que la planta tiene que disponer de agua para poder crecer. “Si los días se alargan y la planta tiene calor porque las temperaturas suben sufren un cambio fisiológico que hará que la planta entre antes de lo previsto en la fase de espigado. De las cuatro fases de desarrollo -nascencia, ahijado, encañado, y espigado- una se va a quedar en el camino”.
La provincia de Cuenca tiene unas 285.000 hectáreas destinadas a cebada y 36.200 en las que se siembra trigo, ambos cereales de secano dependen exclusivamente de la climatología.
Cultivo del girasol
La falta de lluvias además también tendrá efectos negativos para las 150.000 hectáreas que se dedican al girasol, debido a la escasa reserva de agua en la tierra como consecuencia de un invierno muy seco y las pesimistas previsiones de la primavera. Esta situación pone en riesgo la superficie a sembrar y el rendimiento de este cultivo tan extendido en la provincia de Cuenca.
“Ha sido un final de invierno muy seco y la primavera va por el mismo camino. El girasol necesita buenas reservas de agua para alcanzar una buena producción. Si no llueve pronto y de manera abundante, será muy difícil alcanzar los niveles de otros años”, apunta el secretario general de ASAJA de Cuenca, Manuel Torrero.
En cuanto a los leñosos, la falta de agua tiene consecuencias tanto para el viñedo –con 87.000 hectáreas- como para el olivar –con 37.000 hectáreas- que necesitan reservas de agua en el suelo para alcanzar las producciones y calidad habituales.
La escasez de agua puede tener otros efectos colaterales como el gasto ocasionado a los ganaderos que tienen que recurrir a comprar pienso con el consiguiente aumento de los costes.
Fauna silvestre
Otro de los problemas que acarrea la sequía es la aparición de daños en los cultivos producidos por especies de caza mayor y menor que no encontrarán alimento en el campo y recurren a las siembras. Por ello, Torrero prevé que será un año de muchos daños en la agricultura producidos por especies cinegéticas.
A este respecto, señala que “la declaración de comarca de emergencia cinegética es más necesaria que nunca porque todo apunta en estos momentos a que va a haber poca comida. Esto va a suponer agravar el problema” y recuerda la importancia que tiene contratar los seguros agrarios que intentan paliar los efectos de la sequía.
Por otro lado, indica que desde nuestra organización se trabaja en acciones que compensen la situación como puede ser la solicitud de reducción de módulos en la declaración de la renta.
Recursos hídricos
Aunque para el secretario general de ASAJA Cuenca, Manuel Torrero, lo verdaderamente importante es que "nuestra clase política sea consciente y se ponga a trabajar para ofrecer recursos hídricos".
“La agricultura hoy no se entiende si los agricultores no pueden tener acceso a recursos de agua, poner regadío en sus explotaciones para diversificar e intentar afrontar estos años como el que está viniendo con garantías de renta. Creemos que el cambio de políticas de regadío tiene que ser un hecho para la próxima legislatura y estamos abogando y hablando con distintos grupos políticos para que así sea”, afirma Torrero.
Precisamente la organización agraria ha convocado hoy una reunión en su sede de ASAJA Cuenca, a las 16:30 horas, para estudiar las necesidades hídricas con el fin de plantearlas para su incorporación a los Planes Hidrológicos.