Las atípicas altas temperaturas registradas durante los meses de enero y febrero sumado a la ausencia de precipitaciones abundantes han motivado el adelanto de la floración de las plantas cupresáceas, así como de la sabina y el enebro. La polinización ha empezado con entre 20 y 30 días de antelación ya que en este 2024 se han empezado a registrar niveles altos de polen en los dos primeros meses del año, mientras que en condiciones normales debería haberse retrasado hasta la primera quincena de marzo. Como consecuencia, las personas alérgicas al polen han empezado a notar los primeros síntomas antes de lo habitual y las consultas en la Unidad de Alergia han aumentado, tal y como señala el alergólogo Antonio Moreno, presidente de la Sociedad de Alergología de Madrid y Castilla-La Mancha.
Por todo ello, desde la Unidad de Alergia del Virgen de la Luz prevén una campaña “complicada” para los alérgicos. “La realidad es que estamos teniendo unos niveles muy elevados de polen para las fechas que son y los pacientes están notando ya una sintomatología intensa propia de semanas más avanzadas”, cuenta Moreno. Con el objetivo de dar respuesta a toda la población afectada, desde la gerencia del Área Integrada de Cuenca, se han incrementado los especialistas que trabajan en esta unidad, que ya no solo se aborda en el Hospital Virgen de la Luz de la capital, sino también en los CEDT de Tarancón y Motilla. Algo que ha permitido reducir los tiempos de espera que actualmente no son de más de una semana. “Ahora somos cinco alergólogos en el servicio y gracias a este incremento de personal podemos atender a los pacientes de la provincia, algo que es necesario teniendo en cuenta la prevalencia y la elevada demanda de pacientes alérgicos que tenemos”, apostilla.
“Es un problema que indudablemente va a más”, recalca el alergólogo. Y los datos lo demuestran ya que, en la década de los 70 la población alérgica era inferior al 5% mientras que en la actualidad este porcentaje es del 25%. Si bien, según los últimos estudios epidemiológicos se prevé que en el año 2040 el 40% de los ciudadanos padezca algún tipo de alergia. “Los casos de pacientes alérgicos están creciendo de manera exponencial y además cada vez son más los casos que tienden a cronificarse”, explica.
Pero, ¿por qué cada vez son más las personas alérgicas? El doctor Moreno lo explica atendiendo a dos teorías científicas contrastadas. La teoría de las partículas diésel viene a decir que cualquier polen al combinarse con humos de combustión se hace especialmente reactivo y tiende a producir asfixia. A ello se le une la teoría de la higiene que explica como en sociedades limpias donde hay pocos parásitos, bacterias o virus el sistema inmune del cuerpo humano se desvirtúa al no tener que atacarlos y como consecuencia no hace frente a sustancias inocuas como el polen.
Por este motivo cada vez son más los y las conquenses que son diagnosticados de alguna alergia, independientemente de su edad o sexo. De hecho, el alergólogo subraya que “cada vez son más los pacientes que debutan a los 60, 70 u 80 años, aunque pueda parecer raro”.
Ante este incremento de casos, el doctor Moreno pide a la ciudadanía prestar atención a la sintomatología a nivel nasal, ocular y bronquial. Por ello, cualquier persona que refiera estornudos en salvo y de predominio matutino, picor, lagrimeo y fotofobia o sibilancias bronquiales debe acudir cuanto antes al médico. “Es importante no automedicarse cuando se trata de alergia porque muchas veces es peor el remedio que la enfermedad por los efectos secundarios de lo que han tomado sin prescripción médica”, explica.
Y es que, la alergia debe abordarse en tres niveles: preventivo, sintomático y curativo. A nivel preventivo los especialistas recomiendan usar gafas de sol, no tender la ropa al aire o circular con las ventanillas del coche subidas para evitar al máximo el contacto con el polen. A nivel sintomático se recetan antihistamínicos y corticoides para aliviar los síntomas, aunque todo ello debe combinarse con la vacuna de inmunoterapia que bien puede administrarse por vía subcutánea o lingual. “La vacuna antialérgica es el único tratamiento que la Organización Mundial de la Salud ha demostrado que puede variar el curso de la enfermedad del paciente alérgico”, destaca Moreno. Por ello en los casos en los que es necesario siempre recomiendan administrarla pues el porcentaje de mejoría ronda el 90 por ciento y el de curación el 70 por ciento.
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