Virgen de la Cuesta
Alconchel y Las Pedroñeras honran a la Virgen de la Cuesta en una romería ancestral
Las Pedroñeras y Alconchel de la Estrella cuentan ya los días para volver a revivir una de las tradiciones marianas más antiguas de la provincia: la Romería de la Virgen de la Cuesta. Se trata de una de las fiestas más peculiares de la región, se celebra del 7 al 10 de mayo y destaca por la singularidad de la devoción popular que une a estos pueblos en una ancestral tradición que, durante siglos, ha pasado de generación en generación a usos y costumbres.
Este año las fechas no son las más propicias al caer entre semana, y eso ha vuelto a generar el viejo debate de si deben o no cambiarse para hacerlas coincidir con el fin de Semana para favorecer la participación, pero el acuerdo no llega.
Con todo, la advocación de Nuestra Señora de la Cuesta tiene un gran peso y, aunque menor que otros años, la previsión de Alconchel es recibir a cientos de personas durante los días festivos, especialmente los dos primeros que son los que celebran los pedroñeros en el ‘Cerro de la Virgen’.
Recorrido de cuarenta kilómetros a pie
Cuarenta kilómetros separan a los dos municipios, un trayecto que los vecinos de Las Pedroñeras hace siglos que recorren a pie por el antiguo camino que une el Castillo de Haro con Alconchel de la Estrella, un atractivo recorrido que en la actualidad está indentificado en el Registro de Senderos de Cuenca como PR-CU 37, que atraviesa lugares de gran riqueza cultural y patrimonial como los parajes naturales de La Veguilla, molinos romanos como el de la ‘Encomienda’, en Villaescusa de Haro o el Poblado y el Castillo de Haro, en Fuentelespino, hasta llegar al valle del Cazalejo y acceder por una milenaria senda a la ermita que se alza en el punto más elevado del Cerro de la Virgen, lugar donde se encuentra uno de los yacimientos más importantes de la Edad del Hierro de la región. Se trata de un asentamiento que estuvo ocupado de forma continuada desde la Edad de Bronce hasta la Época romana, Fue entonces cuando, sobre construcciones más antiguas, se levantó la ermita del Cerro, lugar de culto y peregrinaje a la que los ‘andarines’ de Las Pedroñeras siguen accediendo por la senda que cruza una de las puertas de entrada al oppidum celtíbero, una de las dos puertas de entrada que tendría la ciudad, lo que deja una idea clara de la antigüedad del camino.
El Cerro de la Virgen
Una de las novedades que aguardan este año a los que se acerquen a festejar a nuestra Señora al Cerro de la Virgen es poder contemplar con toda claridad los restos arqueológicos, después de la intervención realizada a través de los Planes de Empleo de Castilla- La Mancha que han permitido realizar una primera actuación arqueológica tras la paralización de las excavaciones que se realizaron en los años 80. Esto ha permitido acondicionar y hacer visible el yacimiento, que estaba cubierto de hierba tras décadas de abandono. Este es solo el primer paso, dice el alcalde de Alconchel, Tomás Borona, quien destaca que el objetivo del Ayuntamiento es continuar con las excavaciones.
“Queremos poner en valor nuestra rica historia y que pueda ser un acicate turístico más para mantener el pulso de nuestro pueblo”, señala el primer edil, quien destaca que esperan la resolución de las ayudas a la investigación, así como otras líneas para poder continuar con los trabajos, que en este caso se centrarían en ampliar la zona de la muralla y la parte alta del Cerro.
Lo positivo, dice Borona es que el proyecto para poner en valor esta joya patrimonial ha comenzado y “en la medida que sea posible, no pararemos’.
En cuanto a la fiesta, para la que el Consistorio de Alconchel de la Estrella ha solicitado la declaración de Interés Turístico Regional, señalar que, en el caso de Las Pedroñeras, arranca el día de vísperas con los preparativos para iniciar el camino a pie a partir de la media noche del 6 de mayo desde ‘La Cruz del Coso’. La tradición se sigue manteniendo, aunque desde hace años las salidas se hacen de forma muy escalonada y no solo durante los días 6 y 7 sino a lo largo de las semanas anteriores y posteriores. Cuando, como en este caso, la festividad cae en día laboral se suele aprovechar el fin de semana anterior y posterior para cumplir con la tradición y con los ofrecimientos que muchos hacen a la querida Madre Protectora.
Estos días previos, en el Cerro la actividad no cesa, puesto que las hermandades de ambos municipios se esmeran en la limpieza y acondicionamiento de la ermita de la Virgen.
Actos
El pistoletazo de salida de las fiestas lo pondrá la subasta de andas, los pedroñeros suben a la Virgen al Cerro, donde es agasajada con el canto de los Mayos y baile en la ermita. El día 8, después de la misa de campaña y comida de hermandad entre los vecinos de Alconchel de la Estrella y Las Pedroñeras, la Virgen regresa a la Iglesia parroquial a hombros de los de Alconchel, aunque tanto en la subida como en la bajada vecinos de los dos pueblos acompañan y llevan la Señora de la Cuesta. Si bien, hay que destacar que desde que hace unos siete años se `prolongó’ la estancia de la Virgen de la Cuesta en el Cerro, (tradicionalmente se bajaba a las 13 horas del día 8) son menos los pedroñeros que se quedan hasta que comienza la procesión de regreso a Alconchel). Por esta razón, se ha adelantado una hora y en lugar de a las seis de la tarde como comenzó haciéndose da comienzo a las 17 horas.
Ya en Alconchel de la Estrella, la Virgen presidirá los actos que seguirán celebrándose en su honor. Las fiestas Patronales de este municipio se prolongan hasta el 10 de mayo, y hasta entonces se sucederán también las actividades populares programadas por el Ayuntamiento, en el que prima la música y el baile.
