
La Asociación para el Desarrollo Integral (ADI) ‘El Záncara’ ha dado un paso significativo en su trayectoria con la inauguración de su nueva sede en Las Pedroñeras. Un espacio propio que simboliza la consolidación de un trabajo de casi tres décadas en favor del desarrollo rural y que permitirá mejorar la atención a los 33 municipios que conforman su radio de acción comarcal.
Tras haber pasado por distintas sedes cedidas por administraciones públicas, ADI El Záncara ha apostado por establecerse en un espacio definitivo, un amplio local en el centro de Las Pedroñeras, adaptado a las necesidades y servicios que actualmente presta la asociación.
Para Delfina Carrasco, presidenta de ADI El Záncara, disponer de una sede propia no es solo un cambio logístico, sino un hito que refuerza el compromiso del grupo con el territorio. “Tener una sede definitiva no solo nos permite trabajar mejor, sino que también es un punto de referencia para quienes buscan apoyo en la comarca. Estamos aquí para seguir apostando por nuestros municipios, los emprendedores y el desarrollo rural”, señala.
Pero la sede es solo una pieza más de un proyecto más amplio. “Nuestro objetivo no es solo gestionar fondos, sino hacer comarca, fijar población y generar oportunidades”, subraya Delfina Carrasco.
Desde su creación, la asociación ha sido un pilar fundamental en el desarrollo de la comarca a través de la gestión de los fondos europeos LEADER. De hecho, en el periodo 2014-2022, gestionó 157 proyectos con una inversión total de 11,3 millones de euros, de los cuales cerca de 6 millones fueron en forma de ayudas directas.
Ahora, en el nuevo periodo 2023-2027, ha lanzado ya dos nuevas convocatorias de ayudas dirigidas a empresas, autónomos y emprendedores por un importe de 400.000 euros cada una. En este nuevo periodo de programación, los municipios de la comarca pueden optar a subvenciones de hasta 27.000 euros para la puesta en marcha de negocios
Delfina Carrasco subraya la importancia de este tipo de incentivos para fijar población. “Si queremos que la gente se quede en los pueblos, hay que darles facilidades. Muchas veces, con una pequeña ayuda económica y apoyo en los trámites, un emprendedor se decide a dar el paso”, destaca.

Pero el trabajo de ADI El Záncara no se queda en las ayudas económicas. Su labor se centra en impulsar proyectos que refuercen la identidad territorial y la cohesión social. “No basta con subvenciones, hay que demostrar que aquí hay futuro”, insiste Carrasco.
Uno de los programas más destacados es el trabajo con jóvenes en los institutos. La asociación colabora con los centros educativos para que los estudiantes conozcan de primera mano el potencial de su comarca. “Les explicamos que hay incentivos fiscales para quienes emprenden aquí, pero sobre todo les mostramos que pueden construir su vida en su propio territorio”, señala la presidenta.

Otra de las iniciativas con mayor impacto es el proyecto intergeneracional en colegios rurales agrupados (CRAs), donde se fomenta la convivencia entre niños y mayores. “Los abuelos del pueblo participan en actividades con los niños: talleres de jabones artesanales, juegos populares o formación en alimentación saludable. Es una manera de fortalecer la comunidad y transmitir tradiciones”, explica Carrasco.
Además, el grupo de desarrollo ha impulsado talleres de inclusión digital para mayores, enseñándoles a manejar sus dispositivos móviles y acceder a herramientas digitales.
“La brecha digital es una barrera para muchos de nuestros mayores, así que les enseñamos desde lo más básico, como usar WhatsApp o pedir cita médica online, hasta el manejo de aplicaciones más avanzadas”, comenta Carrasco.
En el ámbito cultural, ADI El Záncara impulsa programas de dinamización en los municipios, llevando actividades como cine al aire libre y eventos culturales a los pueblos. “Queremos que todos los municipios sientan que forman parte de esta comarca y tengan acceso a cultura y ocio. Empezamos con el cine al fresco, pero hemos ido ampliando las propuestas para llegar a más gente”, explica.
Delfina Carrasco destaca que ADI El Záncara recibe financiación no solo de la Junta de Comunidades, a través del programa LEADER, sino también de la Diputación Provincial, que en los últimos años ha incrementado notablemente su apoyo económico a los grupos de desarrollo rural de Cuenca, permitiendo ampliar las actividades y proyectos en la comarca.
Para desarrollar los programas y acciones de desarrollo, ADI El Záncara cuenta actualmente con cinco personas: dos técnicos dedicados al programa LEADER, otros dos técnicos asignados a proyectos financiados por la Diputación Provincial, y la propia gerente del grupo. “Hemos tenido épocas con más y menos personal, dependiendo de los proyectos en marcha, pero siempre trabajamos con la idea de optimizar recursos y llegar a todos los rincones de la comarca”, explica.
Con casi 30 años de historia y una clara apuesta por la innovación y el desarrollo rural, ADI El Záncara sigue liderando el impulso de un amplio territorio, con el objetivo de que el medio rural sea una opción real y viable para quienes decidan quedarse y emprender en él.