El saharaui Chabahi, de nueve años, juega en la localidad conquense de Mota del Cuervo con sus “hermanos españoles”. Aunque apenas chapurrea unas palabras de castellano, el idioma no es un impedimento para que puedan entenderse medianamente entre ellos y nunca faltan las risas, supliendo con gestos universales lo que no se puede decir con palabras.
El pequeño Chabahi es uno de los 2.930 menores procedentes de los campamentos de refugiados saharauis ubicados en la provincia argelina de Tinduf a los que el Gobierno central autorizó la residencia temporal este verano en nuestro país para que puedan pasar el periodo estival con familias de acogida en el marco del programa solidario ‘Vacaciones en paz’, que supone un respiro para estos niños por las difíciles condiciones de vida que soportan en el inhóspito desierto, que se endurecen todavía más durante estos tórridos meses.
SIN APOYO INSTITUCIONAL
Por segundo año consecutivo, Chabahi, del campamento de Smara, pasará el verano en Mota del Cuervo, acogido por la familia de Gema Melgar Navarro y José Luis Lara, que tiene tres hijos de 22, 12 y 10 años. El pequeño ha venido a través de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Alcázar de San Juan y Comarca ‘Farsía’ dado que, desde 2019, la provincia de Cuenca no gestiona directamente la llegada de menores a través del programa ‘Vacaciones en paz’ debido a que la falta de apoyo institucional puso en jaque al colectivo que venía trabajando en el territorio conquense por la causa saharaui, tramitándose a partir de ese año los viajes de los niños por medio de asociaciones de otras provincias de Castilla-La Mancha.
El niño viene a través de la Asociación Amigos del Pueblo Saharaui de Alcázar de San Juan dado que en Cuenca no hay colectivo
Además de los padres de acogida de Chabahi, la presidenta del colectivo alcazareño, Feli Romero Sánchez, explica que también se puso en contacto con ellos otra familia conquense interesada en acoger aunque lo hizo tarde y ya no fue posible. El viaje del pequeño que está pasando el verano en Mota del Cuervo ha sido financiado directamente por la asociación ‘Farsía’ dado que la Diputación de Ciudad Real solo sufraga los gastos de los menores que se reciben en esta provincia. “Pero no podíamos dejar que el niño, que ya había venido el año pasado, se quedara en los campamentos”, defiende.
Salvados los problemas económicos, Chabahi ha podido salir del desierto y tiene un verano repleto de planes: piscina, campamento de fútbol, fiestas de Mota del Cuervo y vacaciones en la localidad natal de su ‘mamá’ de acogida, el pueblo malagueño de Arriate, entre otras actividades.
Para Gema, “la experiencia es muy enriquecedora”, especialmente para sus hijos. “Lo cuidan mucho y se responsabilizan de él. Les ayuda a madurar, a conocer otras realidades y a valorar lo que tienen”, subraya esta malagueña afincada en Mota del Cuervo, quien aprendió también estos mismos valores a través del programa ‘Vacaciones en paz’. “Cuando éramos pequeñas, mis padres acogían niños saharauis y nos lo han inculcado”, relata.
Durante este periodo, Chabahi también tendrá la oportunidad de acceder a reconocimientos médicos y seguir una alimentación adecuada. Gema pide la implicación de las administraciones para que se pueda retomar en la provincia ‘Vacaciones en paz’ y más niños puedan disfrutar en verano de una tregua del desierto.
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