Como saborizante, nutracético, para uso farmacéutico o incluso como cosmético, el aceite esencial de ajo gana terreno en el mercado por sus numerosas propiedades y beneficios. Se trata de un producto de gran versatilidad que se usa en todo el mundo y que ahora también se fabrica en Cuenca.
Coopaman, la cooperativa de ajos de segundo grado con sede en Las Pedroñeras, perteneciente al grupo UNICA, ha puesto en marcha una planta piloto de extracción de aceite esencial de ajo cuya producción está teniendo una gran aceptación en el mercado, tanto nacional como internacional.
Está ubicada en las nuevas instalaciones industriales que la entidad tiene en La Alberca de Záncara y es la primera planta productora de aceite esencial de ajo de Europa, algo “de lo que nos sentimos muy orgullosos”, señala el presidente de la entidad cooperativa, Julio Bacete, quien señala que con esta nueva línea de negocio se da una solución al “destrío”, un ajo que mantiene todas sus cualidades pero que por su aspecto no se puede derivar al mercado.
Además destaca que con su elaboración se cierra el ciclo de residuo cero, puesto que la empresa también aprovecha los subprodutos que se generan en el proceso de extracción del aceite, como la pasta de ajo o los hidrolatos que se producen en el proceso de evaporación por arrastre, para crear otros productos. Un ambicioso proyecto que sitúa a Coopaman como referente en I+D+i.
El producto que se desecha del canal de comercialización de ajo fresco, bien porque las ‘camisas’ que cubren el diente están desprendidas – por cambio de coloración de estas tras el ataque de bacterias o porque tiene uno o varios dientes dañados– es el que se utiliza para hacer el aceite esencial de ajo por lo que la materia prima que se derivará a este proceso variará en función de cómo se desarrollen las campañas.
INNOVACIÓN PARA MEJORAR LA RENTABILIDAD
De hecho, el objetivo de la puesta en marcha de este proyecto es rentabilizar los años de malas cosechas, como por ejemplo ha ocurrido este año con la producción de ajo temprano, que ha registrado cuantiosas pérdidas a causa del temporal de lluvia de esta primavera, además de tener otra alternativa comercial en las campañas en las que los precios se desploman bien por la competencia china o por otras circunstancias del mercado.
“El objetivo prioritario de Coopaman son sus socios y por ello no paramos de investigar e innovar para mejorar la rentabilidad de sus producciones”, apostilla Bacete.
"Es muy importante contar con alternativas que garanticen las rentas aunque haya malas campañas"
Después de varios años de investigación para conseguir un aceite esencial con todas las cualidades del ajo, el pasado mes de marzo salían al mercado los primeros lotes fabricados en la planta alberqueña.
Estados Unidos, Australia o países europeos como Bélgica y Alemania son algunos de los principales mercados del aceite esencial que fabrica Coopaman, además de distintos puntos del país desde donde se demanda fundamentalmente para uso farmacéutico.
“Llevamos poco tiempo produciendo y comercializando pero hemos visto que tiene mucha salida en mercados diferentes. No sabemos que valor tendrá con los años pero de momento creemos que es muy importante poder contar con alternativas que garanticen las rentas aunque haya malas campañas”, añade el presidente de Coopaman.
En estos momentos el volumen de producción está aproximadamente en unos 18 kilos de aceite esencial al día, para lo que se utilizan unos 6.000 kilos de ajo.
Según explican a Las Noticias de Cuenca los técnicos de producción, los depósitos de la planta de Coopaman tienen capacidad para 1.200 kilos de ajo y más de 1.000 de agua, por lo que para obtener la cantidad de aceite mencionada arriba cada día se realizan cinco extracciones.
La técnica que se utiliza es la destilación por arrastre de vapor, una de las más utilizadas en la elaboración de aceites esenciales. El ajo, una vez desgranado para facilitar su molienda sube por una cinta hasta el molino y con ayuda de agua caliente cae a los depósitos donde se insufla vapor hasta alcanzar una temperatura entre 80 y 100 grados. “La mezcla se deja reposar para volver después a poner de nuevo vapor e iniciar el arrastre de aceite hacia un condensador que enfría la mezcla y la hace caer a un decantador. Una vez allí la mezcla se separa, el aceite en este caso pesa más que el agua y cae primero”, especifica Domingo Martínez, uno de los encargados de producción de la planta
Después solo queda filtrarlo y envasarlo en los distintos formatos de envase que demandan los propios clientes. Pero en este proceso se generan subproductos que Coopaman también está aprovechando, como la pasta de ajo cocida, un producto de consumo animal que desde principios de 2019 se viene comercializando con mucho éxito entre los ganaderos de la zona.
Subproductos
Y es que según destaca la directora de Producción, Beatriz Turégano, “a los veterinarios que hacen las dieta a los animales les gusta mucho este producto por las muchas propiedades que tiene. De hecho, según nos cuentan reduce la cantidad de antibiótico que tienen que tomar los animales. Además todo el picor del ajo se queda en el aceite, la pasta se queda muy suave y los animales se la comen muy bien”.
Se está trabajando en el estudio de otros residuos de la destilación como los hidrolatos para su aplicación como plaguicidas
Otro de los subproductos que deja la elaboración del aceite esencial de ajo son los hidrolatos, es decir el agua con los elementos solubles que se han separado del ajo durante la destilación y que según los estudios que se están realizando tiene un gran poder como plaguicida, por lo que la intención de Coopaman es poner en el mercado un producto para uso agrario.
Según apunta Julio Bacete, las investigaciones que, entre otros, cuentan con el apoyo del Instituto de Ciencias Agrarias, perteneciente al CSIC y la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, aún no han concluido, aunque esperan que el proyecto se pueda materializar pronto.
Para cerrar el circulo de residuo cero, la “cascarilla” y el resto de desechos del ajo se convierten en pelets puesto que la nueva planta industrial cuenta con una maquina peletizadora que procesa estos restos para darles un nuevo uso como combustible.
Y esque, la innovación y la apuesta por nuevos productos es una constante de esta empresa de segundo grado integrada por seis cooperativas de la comarca: Cooperativa Ajos de Las Pedroñeras, Cooperativa San Isidro Labrador (Mota del Cuervo), Cooperativa San Juan (El Provencio), cooperativa San Julián (La Alberca de Záncara), Cooperativa Manchaflor (San Clemente) y Cooperativa Ajomán (Santa María del Campo Rus), que con una superficie de cultivo aproximada de más de 2.000 Has., lidera la producción y comercialización de ajo en Europa, tanto a granel como embolsado en distintos formatos.
Precisamente la planta industrial de La Alberca de Záncara ha disparado el volumen de embolsado. Comenzó a funcionar en 2018 con aproximadamente un volumen de 900.000 kilos de ajo y este año ya se han alcanzado los dos millones y medio de kilos. La previsión, según destaca el presidente de Coopaman, es llegar a los cuatro o cinco millones de kilos de embolsado.
En esta apuesta por la diversificación de productos para ampliar cota de mercado se sigue trabajando en el desarrollo de nuevos productos. “Lo próximo que queremos hacer es pasta de ajo fresco, para consumo humano, y láminas de ajo”. De hecho, destaca que en las naves de La Alberca se ha instalado ya unamáquina cutter para comercializar tanto dados como láminas de ajo.
Otro de los nuevos productos que recientemente ha salido al mercado es el diente de ajo pelado, si bien con la caída del canal Horeca a causa de la pandemia la salida del producto se ha quedado paralizada.