La labor que realiza Cáritas Diocesana de Cuenca es muy extensa y diversa. Además de actividades enfocadas a la inserción laboral, asistencia social o atención a víctimas de violencia de género, también hacen énfasis en la acogida de familias en albergues y le dan especial importancia a la difusión y sensibilización a través de campañas.
La recuperación económica ha traído consigo más empleo y una reducción de personas en situación de exclusión y desigualdad, pero la pobreza sigue siendo una realidad social. Desde Cáritas Diocesana de Cuenca destacan que, a pesar de que el número de personas que recurre a estos servicios con necesidad de cobijo o ayuda económica ha disminuido (los usuarios del albergue de transeúntes, por ejemplo, descendieron de 700 a 368 personas en 2018), quienes recurren a esta ONG lo hacen cada vez en mayor medida, aumentando así el número de acciones y servicios que se ofrecen.
Columna vertebral
El director de Cáritas Diocesana de Cuenca, José Martín, resalta la labor de las personas que voluntariamente ayudan en los distintos proyectos. “El voluntariado es la columna vertebral de Cáritas, sin ellos no tendría sentido nuestra entidad”, subraya, detallando que el número de voluntarios llega a 300 en toda la provincia, siendo este su mayor activo, aunque también cuentan con 35 trabajadores en plantilla.
El trabajo de Cáritas Diocesana de Cuenca está dividido en cinco áreas de acción y organización, más una transversal de administración y gestión. Estas secciones son: economía solidaria, voluntariado y cooperación, acción en el territorio, inclusión social y mayores, y por último, el área de comunicación.
Por cada una de las áreas hay una campaña especial de sensibilización que se publica en revistas y en la página web.
El objetivo fundamental de todas las áreas es que en cada una de ellas la persona sea el centro y cada usuario único, con un itinerario y un programa personalizado e individualizado para su inserción social o laboral, porque cada persona tiene unas necesidades específicas y un proceso distinto.
Otro de los mayores activos de la organización son los albergues, tanto en Cáritas Diocesana de Cuenca capital como en las parroquias de la ciudad y la provincia.
El servicio de acogida cubre las necesidades básicas como son las comidas, las cenas y el alojamiento, dirigido a las personas o familias sin hogar y sin recursos, trazando un plan especial con cada persona o familia.
El grado de ocupación de estos albergues es de casi el ciento por ciento, pero en el caso de que estuvieran completos, nadie se quedaría en la calle; siempre existen otras alternativas, declaran desde la ONG. “Nuestro grado de capacidad es de 40 personas y ahora hay 37, pero siempre hay posibilidad de aumentar alguna plaza. Si está lleno y viene más gente se deriva a una pensión, es decir, la persona que quiere comenzar en el albergue no se queda en la calle, siempre se le da otra alternativa”, asegura.
Estos servicios de acogida son un recurso del consistorio y obtienen financiación del Ayuntamiento y de la Junta.
El área de Inclusión Social y Mayores de la ONG, de la que es responsable Naya González, se divide en cuatro proyectos de acogida para personas que se encuentran en situación de sin hogar. Estos programas son: Puede ser, Nuevo Hogar, CAR (que es el centro de atención de San Julian) y Sin Fronteras.
Diferentes perfiles
Actualmente el grado de ocupación total es del 90 por ciento aproximadamente. “Cada proyecto tiene unos perfiles de usuarios diferentes. Hay personas en un rango de edad de entre 20 a 39 años que se encuentran en la calle. En Sin Fronteras, por ejemplo, la edad es menor, entre 20 y 35 años. El perfil va a depender mucho del proyecto” afirma la responsable.
En el área de Economía Solidaria de Cáritas Diocesana de Cuenca, una de las acciones más notables es la del servicio de comidas y cocina. La entidad proporciona alimento a casi 70 personas mayores y familias, llevando la comida y la cena cada día a sus hogares. Este servicio está completo y actualmente tiene listas de espera.
Otras acciones de esta área son la inserción laboral a través de la búsqueda de un trabajo y la intermediación laboral, que consiste en la prospección de mercado y visitas a las diversas empresas para casar la intermediación con la orientación.
También existe el servicio de RopaCor: el reciclaje de toda la ropa que Cáritas de Cuenca recibe a través de donaciones para que no contamine, cuidando así el medio ambiente, para después llevarla a una tienda de economía solidaria.
Además, la ONG también colabora con el centro penitenciario ofreciendo la posibilidad de llevar a cabo trabajos en beneficio de la comunidad y prestando un alojamiento de unos días para las personas que se encuentran en tercer grado de libertad condicional y no tienen dónde quedarse.
En cuanto a la reinserción social o laboral, a cada usuario se le elabora un itinerario individualizado. Este programa integral personalizado (PIP) está compuesto por seis áreas y ejes de acción: higiénico sanitaria, personal y social, red familiar, formativa laboral, ocio e integración, y actividades de integración y cultura. Cada una de ellas va midiendo los objetivos proponiendo al participante actividades y objetivos de acuerdo a esa área y se van evaluando para ver cuál es el grado de progresión que se va logrando hasta llegar a la meta final: la integración.
Cáritas Diocesana de Cuenca también coopera internacionalmente y de forma fraternal con la Cáritas de destino en países como Benín, el Congo-Brazzaville o Perú. Llevan asimismo a cabo el proyecto Planeta 2030 a raíz de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este programa consiste en realizar acciones de sensibilización en colegios, ayuntamientos y asociaciones.
En la actualidad, la ONG cuenta con 23 Cáritas parroquiales de las cuales ocho están en Cuenca capital y 15 en la provincia. Asimismo, administran una residencia de mayores en Huete, La Cerca, que tiene 52 plazas.