El nombre no define cómo es una persona pero sí que se corresponde con su primera seña de identidad. Un apellido también precisa, desde la prehistoria, una serie de rasgos o características. La pertenecencia a un clan en el caso de los primeros humanos, o a una familia en el caso de los siglos más recientes. Pero es algo hereditario, no elegible.
Los nombres más habituales entre los conquenses han ido evolucionando paulatinamente en los últimos 80 años; así, transcurre desde Antonio a Pablo y de Carmen a Lucía entre los más utilizados. Algunos se sitúan hoy en peligro de extinción como Concepción, Petra, Gregorio o Mariano, que no han sobrevivido al paso de los años y han caído en desuso con la llegada de las nuevas generaciones.
La edad media de la provincia se sitúa en los 46 años, una cifra elevada que nos permite deducir que los nombres más comunes se encuentran en los nacidos entre los años 70 y 80.
Es muy probable que quien tenga algún conocido conquense que haya nacido de 2010 en adelante, se llame Pablo o Daniel (28,5 y 27,3 por cada mil conquenses) puesto que según el último informe del Instituto Nacional de Estadística, estos son los nombres más empleados en la provincia durante la última década. Sin embargo, si la persona conocida supera los 80 años, lo más factible es que se llame Antonio, José o incluso un nombre compuesto por ellos. En el caso de las mujeres no encontramos tantos cambios, puesto que María es el nombre elegido para 26 de cada mil conquenses en los últimos 10 años y continúa siendo de los más empleados a pesar del cambio generacional.
PARECIDOS RAZONABLES
Los datos que aparecen en el informe también indican una correlación con los nombres más comunes de la Comunidad de Madrid durante el paso de los años. De esta manera, si en 1960 los nombres más comunes en la provincia eran Jesús, José Luis y Antonio, en la capital española lo eran Francisco Javier, José Luis y Antonio, en ese orden. Más llamativo es en el caso de las mujeres, puesto que los tres nombres más empleados esa época se corresponden con la misma escala de frecuencia tanto en Madrid como en Cuenca.
Un hecho llamativo debido a que no sucede con el resto de provincias limítrofes a Cuenca. Así encontramos que cuando en Albacete predominaba Josefa, en Cuenca lo hacía María Carmen, y mientras que en Teruel optaban por Beatriz, en la provincia conquense Laura o Cristina eran los más comunes.
Desde 1980 no aparece ningún nombre compuesto entre los nombres más usadosCAMBIO GENERACIONAL
Aunque si bien es cierto que en Cuenca los nombres más comunes de los años 30 han sobrevivido y continúan acaparando nuevos nacimientos, han perdido uso con el paso de los años. Por ejemplo, en 1960, 12 de los 20 nombres más empleados entre las mujeres eran compuestos de María como María Ángeles, María Luisa o María Teresa. Sin embargo, desde 1980 a esta parte no aparece entre los más usados ningún nombre compuesto, aunque María continúa siendo uno de los más empleados.
El catálogo de nombres sigue variando. Aunque tendremos que esperar a próximos informes para conocer su incremento, en los últimos años han ganado protagonismo nombres como Hugo, Martín, Sara o Sofía. Si bien es cierto que la tendencia de los padres a la hora de concretar el nombre de sus hijos ha cambiado con el paso de los años. Mientras que en los primeros años del estudio la frecuencia era elegir el nombre del padre/madre o un abuelo/abuela para el recién nacido, en los últimos años se opta por acudir a ídolos, cantantes o personas significativas para la pareja.