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Sobre estupideces, grafiteros y salvapatrias

Sobre estupideces, grafiteros y salvapatrias

José Antonio Marina, filosofo, ensayista, pedagogo y profesor; escribió, en 2004, el libro La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez. En el defiende que la mayor lacra de la sociedad humana es la estupidez, y la inteligencia su mayor bien. Todos estamos afectados de un grado de estupidez y podemos esforzarnos constantemente en reducirla o por el contrario aumentarla hasta niveles insospechados. Hace un recorrido por todos los fracasos de la inteligencia y los agrupa en: cognitivos, afectivos, lenguajes fracasados, fracasos de la voluntad y elección equivocada de metas. En cada uno de estos apartados va especificando las distintas estupideces que los hombres solemos cometer. Después del análisis de los individuos afirma que también hay sociedades estúpidas e inteligentes. Defendiendo que las sociedades inteligentes son las justas y las estúpidas donde triunfa la desigualdad y la injusticia, lo que afecta colectivamente a la felicidad.

Hace unos días, paseando por Cuenca, vi, en la rotonda de la Avenida de San Julián que lleva al supermercado de Mercadona, una pintada con el siguiente texto:  SCHEZ TRAIDOR. Dentro de los fracasos del lenguaje, Marina habla de graves estupideces que cometemos habitualmente, sin ser conscientes de ello. Incluso afirma que hombres y mujeres tenemos lenguajes distintos, lo que nos lleva a no pocos conflictos.

 Automáticamente que vi la pintada le hice una fotografía y mirándola me hice una serie de preguntas que intenté contestarme:

En primer lugar, sobre la ejecución, parece obra de un profesional e inmediatamente pensé si se lo habrían encargado y, por tanto, al ser conducta delictiva e incívica, si le habrían pagado en negro y en diferido.

En segundo lugar, sobre el texto, que connotaciones tiene el término “traidor”. Mi defecto profesional de profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales durante 38 años, me llevó a un tiempo histórico en qué traidor estaba asociado, para muchas personas, al presidente Adolfo Suárez, gobernante que condujo a la Constitución de 1978 y a la llegada de la Democracia tras la Dictadura de Franco. Seguí pensando que los que llamaban a Suárez traidor no hacían lo mismo con los exmilitares Armada, Milans y Tejero, cuando pretendieron acabar con la Democracia y retornar a la Dictadura. Todo esto me hizo pensar que la persona que ideó la pintada debía tener bastantes nostalgias y años y, también, clara intención de manipular mentes. Pensé entonces como las leyendas tradicionales ridiculizan a los contrarios y transmiten moralina dominante En la leyenda del pastor Martín Alhaja, el guardián que pusieron los musulmanes en la puerta de San Juan, era ciego. A quién se le ocurre en 1177, poner un vigilante ciego, si no es el creador de un cuento chino manipulador en defensa de intereses dominantes. Claramente lenguaje fracasado.

En tercer lugar, me vino al recuerdo que en fechas recientes se ha multado y se les ha exigido borrar sus pintadas a grafiteros (en lenguaje fracasado llamados “antisistema”), por actitudes delictivas e incívicas. Y me he preguntado si las autoridades estarán investigando el origen y la autoría de esta pintada. Pienso, que habrán revisado las cámaras próximas para ver si pueden localizar al autor material de dicho grafiti. He llegado a pensar que habrá quien crea que son cosas distintas los grafitis de jóvenes antisistema y las nostálgicas y manipuladoras pintadas de viejos salvapatrias, que consideran que es un traidor todo aquel que mande con ideología distinta a la suya, aunque esté avalado por las urnas.

Espero y deseo que, para hacer una sociedad más justa y por tanto menos estúpida, pronto se localice al autor material y al intelectual se les sancione adecuadamente y vuelvan al estado original la fachada.