El señor Tezanos, un experto sociólogo 'ma non troppo'

Dado el impacto informativo que generan los datos recogidos y publicados por el Centro de Investigaciones Sociológicas, no es disparatado suponer que a algunas personas (sobre todo a los más jóvenes) crean que es un invento del gobierno actual para favorecer sus intereses, y nada más lejos de la realidad  pues fue creado por Manuel Fraga Iribarne, a la sazón ministro de Franco, con el nombre de Instituto de Opinión Pública y con una clara intención de manipular los datos obtenidos en beneficio para sí mismos, ya que los resultados que emanaban de los mismos se ocultaban a los ciudadanos.

Para corregir esta deficiencia democrática, el OIP no desapareció sino se transformó en el CIS, para que la transparencia en la difusión de sus informes, fuera independiente de los intereses del partido gobernante en cada momento y, vista su andadura, según mi criterio no se ha conseguido, dado que la evidencia nos demuestra que la propensión a la influencia es mucho más fuerte que el respeto a la indecencia.

Por tanto, no nos queda otra que admitir que cierto sesgo se va a producir por la machacona realidad de los antecedentes cada vez que se han publicado las encuestas sobre intención de voto, pero una cosa es reconocer esta deficiencia y otra distinta es que las diferencias significativas entre los resultados y los pronósticos sean repetitivas una y otra vez, sin que se atisbe una corrección en el método y en la difusión de los mismos.

En lo que se refiere a los resultados estimados en las elecciones al parlamento europeo por el CIS, es preciso destacar que se ha producido la mayor desviación con respecto a todas las realizadas por las principales empresas demoscópicas de España, no acertando el resultado en ninguno de los nueve partidos que han obtenido representación en el Parlamento Europeo, y ocupando el puesto 15 en el ranking de fiabilidad elaborado por “Electromanía”, lo que es llamativo y, desde luego, meritorio, si se me permite la ironía.

Preguntado al respecto por una periodista, el señor Tezanos le ha respondido: "Usted no sabe nada de sociología”. Una respuesta que según mi modesta opinión aclara de forma científica lo que en román paladino sería “no dar ni una en el clavo” y “sostenella y no enmendalla”, y que me recuerda al “usted no sabe con quién está hablando”, sentencia característica de un rancio autoritarismo, que parecía ya válido solamente para anécdotas y chascarrillos.

Por otra parte, deseo expresar mis dudas sobre que las publicaciones de los pronósticos desmesurados, favorezcan al partido que destaque sobradamente, porque el exceso de triunfalismo puede llevar a la desmotivación de los potenciales electores, al creer que están ganadas las elecciones y prefieran quedarse en casa. Pero solo es la opinión de alguien que no sabe nada de sociología, a pesar de haber estudiado las teorías de Max Weber, pero qué sabría el insigne economista y sociólogo si no ha leído a Tezanos.