A la red con ella

El misterio de la vida. Qué frase. Vale casi para todo. Y es que la vida se basa, fundamentalmente, en todas esas cosas que uno no entiende y que parecen imposibles. Como, por ejemplo: que funcione la wifi, que las madres encuentren todo, que haya gente que vote al partido político opuesto al que tú votas o, en mi caso, la Semana Santa. Cuando llegan estas fechas, más o menos, todos los años empieza el runrún de la Semana Santa.  Periódicos, grupos de WhatsApp, redes sociales… ya tú sabes.  Entones, uno se da cuenta de que hay tres Semanas Santas: una Semana Santa religiosa, una Semana Santa atea y una Semana Santa de aquellos que pasan de la Semana Santa.  Los últimos no son un problema para la sinrazón, al fin y al cabo, pasan de todo, pasan la semana en la playa, pasan la semana sin ver una procesión. Pero los otros dos… A mí me sigue costando entenderlo. Quizás por eso, los que saben de esto, dicen que la Semana Santa es un sentimiento; porque hay cosas que no se entienden.  Y es que hay cosas que, como algunos estamentos de la administración, funcionan porque sí; o, viendo en el campo que nos movemos hoy, milagrosamente. Imagino que lo importante, al final, es que cada uno pueda vivir su Semana Santa.