Radio y aulas
Se me podrá decir que, tras mi larga trayectoria de años frente al micrófono radiofónico soy parte más que interesada –y vaya si no es cierto– pero ello no es óbice para que a la personal alegría se le sume la propia condición de calidad del hecho de que, según anunciaba esta semana nuestro consejero autonómico de Educación, Cultura y Deportes Amador Pastor al hilo de la inauguración de la Feria provincial de Formación Profesional que hasta ayer jueves se ha venido celebrando en Motilla del Palancar, Cuenca capital vaya a acoger el próximo septiembre el Congreso Nacional de Radios Escolares, una cita organizada por el ministerio del sector que tuvo su primera edición en octubre de 2022 en la extremeña Villanueva de la Serena y que en este caso contará con la colaboración de nuestra Junta de Comunidades.
Una cita concebida como punto de encuentro e intercambio en torno a las posibilidades educativas de la radio escolar potenciando su valor como herramienta formativa en los centros de enseñanza en un momento además especialmente significativo del desarrollo de este medio de comunicación que, tras haber sido quizás el más querido por muchas generaciones, se encuentra en un ahora en el que la evolución de las tecnologías comunicativas ha propiciado la radio online originando nuevos modos de contactar con la audiencia a través de unos formatos, especialmente los pódcasts, que han revolucionado sus formas de escucha facilitando su acceso por la audiencia y personalizándolo.
Una transformación que también ha visto aparecer los portales educativos y las plataformas de contenidos educativos en internet que posibilitan un planteamiento de la radio educativa mucho más amplio y ambicioso, abriendo toda una serie de posibilidades formativas tanto, según el propio acuerdo de creación de estas citas congresuales, “en la adquisición de habilidades de comunicación, como en el desarrollo del pensamiento crítico, además de fomentar la inclusión o la socialización, el trabajo en equipo, el hábito de escucha y el desarrollo del espíritu crítico”.
Unas posibilidades entre las que a uno, déjenme que les diga, las que más entusiasmo le despiertan son precisamente las que los propios estudiantes de uno u otro nivel formativo, puedan protagonizar mediante su participación directa en la generación de programas desde su propio entorno potenciando con ellos el desarrollo de sus capacidades sociales y comunicativas a través de las potencialidades que les puede ofertar el en verdad que apasionante por más que también complejo momento en el que se desarrolla ahora mismo nuestra contemporánea sociedad de la información.
Es una práctica que por fortuna ya está comenzando a desarrollarse en nuestro más cercano entorno con las radios escolares que ya existen en nuestra capital y en nuestra provincia que ojalá se generalicen, que aunque puedan suponer en principio un esfuerzo personal suplementario –ojalá eso pueda cambiar si en verdad los regidores de nuestro sector educativo quieren efectivamente potenciarlas– de quienes desde el colectivo docente las propician y gestionan, en cuanto a, pongámonos prácticos, medios técnicos su puesta en marcha resulta en verdad más que económica y sencilla.