Promoción turística
Este miércoles vuelve a abrirse FITUR, la Feria Internacional del Turismo, que llega a su 45ª edición y reunirá a más de 150.000 profesionales del sector procedentes de muy diversas partes del mundo y a unos 100.000 visitantes. Si tenemos en cuenta que nuestro país es uno de los principales destinos turísticos del planeta, no exageramos si afirmamos que IFEMA es el más prestigioso escaparate mundial para quienes tienen el privilegio y la oportunidad de viajar. Y como no puede ser de otra manera, una provincia como Cuenca, cuyo Producto Interior Bruto depende en buena medida del turismo, no debe desaprovechar la oportunidad para mostrar sus encantos, que son muchos, en ese gran crisol global plagado de ofertas de todo tipo y para todos los bolsillos.
A falta de un sector productivo potente, Cuenca está obligada a mantener los más altos niveles de excelencia turística para no decepcionar al cada vez mayor número de viajeros que escogen nuestro territorio para disfrutar su ocio y conocer el amplio catálogo de atractivos culturales, paisajísticos y gastronómicos que sitúan a nuestra provincia en los puestos elevados en el ranking del turismo de interior. Lejos han quedado aquellos tiempos en los que nuestros pueblos y parajes más emblemáticos eran objeto de brevísimas visitas porque no había ni actividades complementarias ni servicios integrales que “obligaran” al viajero a quedarse a comer, cenar y dormir. El turismo de paso en el territorio conquense puede decirse que forma parte del pasado porque las cifras de pernoctaciones y de gasto por persona y día han experimentado, y continúan haciéndolo, una saludable tendencia al alza. Todo ello es gracias al esfuerzo de cientos de profesionales y empresarios que han elegido la hostelería y el turismo como principal actividad y que han sido capaces de aportar un valor añadido enorme a los ya fascinantes valores intrínsecos de una provincia como la nuestra. Y también al esfuerzo de las instituciones, que han sido capaces de habilitar infraestructuras y servicios esenciales para facilitar un desenvolvimiento fluido de los cientos de miles de personas que vienen hasta aquí cada año.
Por eso resulta de especial importancia cuidar la participación en FITUR porque una cuidada imagen y una información profesional competente y esmerada pueden decantar los gustos de los visitantes hacia un destino u otro. Tanto las instituciones representadas como los destinos conquenses que este año se promocionan en la feria deben vestir sus mejores galas y darlo todo en estos días, porque de su trabajo dependerá que aquellos que no conocen Cuenca y su provincia sientan esa curiosidad irresistible que empuja a decidir hacia dónde se necesita viajar. El empeño de los profesionales que vayan a Madrid debe hacer notar a quien se acerque al stand esa sensación en el cuerpo que le hará pensar que se está perdiendo algo colosal si todavía no ha pasado por aquí. Es difícil centrar la atención de la gente en un evento tan disperso y multitudinario, pero la feria es un reto para quienes hacen del turismo su profesión y basan en él sus expectativas de futuro. De esta manera, cada folleto entregado, cada demostración, cada duda contestada no hará sino fomentar la vieja y entrañable idea de que Cuenca es única… y debe seguir siéndolo.