Primera evaluación del Covid
Llegados a este punto procede realizar una evaluación de estos últimos 100 días. Y la evaluación no se traduce en un examen escrito con actas de notas como le requería el inspector trasnochado a mi amigo Andrés. Hablamos de echar la vista atrás, de repasar nuestros pasos, de analizar las ya transitadas decisiones, de comprobar los aciertos y anotar los errores; se trata, en suma, de hacer constar lo aprendido, validar el avance y tomar consciencia de por dónde vamos, para saber hacia dónde queremos ir.
A día de hoy el Covid ha infectado a casi 9 millones de personas y ha matado a más de 466.000 (en España 28.322), a pesar de lo cual hay un buen número de ciudadanos que piensa que esta pandemia es un montaje. Tienen y tenemos la suerte de vivir en un país que ha podido y querido poner remedios, sanitarios y de prevención, que otros países no han querido o no pueden poner. Boris Johnson, presidente de UK, también pensaba que esta gripe era poco relevante, un miedo exagerado e infundado “más allá de lo que es racional desde el punto de vista médico”. Reino Unido nos superó hace una semana en número de contagios y en número de muertos (42.589), a Boris ya saben lo que le pasó. El muy conservador presidente de USA convoca un mitin en un espacio cerrado para 19.000 personas, sin mascarilla. Me gustaría saber qué piensan los políticos liberales nacionales de esta alegre iniciativa de su paladín internacional en un país que ocupa la pole con más de 121.000 muertes por Covid (el doble de los que murieron en la guerra de Vietnam). Pocos, siento decirlo, comparado con los millones de personas que en los países pobres necesitarán una cama de UCI en los próximos meses y tendrán serios problemas para encontrarla (o pagarla).
Durante la pandemia se redujo la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) una media del 17% en todo el mundo. Todos notamos los beneficios: cielos azules, ciudades sin ruidos. Sabemos con certeza que el Covid se agarra mejor y con más fuerza en los pulmones de los que viven en zonas industriales con alta contaminación atmosférica. Se han vendido muchas bicicletas y los ciudadanos descubrieron que caminar es vital, ¡un derecho inalienable! Las ventas de vehículos nuevos se redujeron un 52,3% en Europa pese a la reapertura de los concesionarios. Renault anuncia la reducción de 15.000 puestos de trabajo en todo el mundo. El sector automovilístico se enfrenta a una crisis de identidad y debe valorar si de mayor quiere seguir siendo uno de los motores de la emisión de GEI o reinventarse dentro de la tendencia a la electrificación que ya anunció Volvo en 2019 cuyos nuevos modelos serán exclusivamente eléctricos o híbridos.
En positivo hemos adoptado una nueva visión de la participación de la Ciencia en la política y en la vida social. Nos ha servido para tomar consciencia de que tenemos problemas planetarios que afectan a todos y hay que solucionar entre todos. Ya no se atribuye a los judíos, como en la Edad Media, la aparición de la peste negra, pero se sigue intentando culpar a los chinos, a los pecadores (mucho en América) o a las farmacéuticas, de la invención del bichejo. La ignorancia lleva muy mal el manejo de la incertidumbre que exige el rigor científico. Los tratamientos son cada día más eficaces y hay al menos 90 prototipos de vacuna en marcha, 6 ya se están probando en humanos. Los test inmunológicos, digámoslo pronto, aún no son 100% fiables. La Medicina, la Física o las Matemáticas son ciencias que se remontan al menos a la época clásica. La Virología y la Inmunología son ciencias que empiezan desperezarse a finales de los años 50 del siglo XX, con la madurez y distribución del microscopio electrónico y las técnicas de centrifugación, la confirmación de que la información genética reside en los ácidos nucleicos y el consiguiente explosivo desarrollo de la genética. Se estima que cada cual puede generar unos 10 mil millones de anticuerpos diferentes, lo cual nos da una idea de la complejidad del asunto. Un anticuerpo no es una letra del alfabeto fácil de identificar, es más bien una palabra que hay que encontrar en una novela y aún no sabemos cuántas palabras (o frases) “curan”.
Si ha sobrevivido a esta fase, en mi humilde opinión, le cuesta muy poco conservar las precauciones básicas, lavarse las manos, mantener la distancia, llevar mascarilla fuera del entorno familiar. Ha funcionado en todo el mundo. Es necesario asumir un cambio de paradigma energético para evitar la próxima pandemia que el cambio climático puede propiciar. Es el momento de adoptar una nueva visión del futuro que tenga en cuenta la salud de los pulmones, los del pecho y los de la biosfera. Tengamos paz y tengamos ciencia.