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Prieto y el PP: siempre hablando mal de Cuenca

Pide explicaciones el presidente del PP de Cuenca, Benjamín Prieto, sobre el tiempo que ha estado cerrada la residencia María de Molina. Habla sin pudor de que “esta residencia podía llevar abierta varios años al servicio del alumnado universitario”, pero se olvida del importantísimo detalle de que fue su jefa María Dolores de Cospedal la que echó el cierre a este recurso educativo en el año 2013.

Y es que tanto Prieto como en general el PP de Cuenca siempre están hablando mal de Cuenca. Hablan mal de la ciudad cuando hay un alcalde socialista, hace poco hablaban mal del Museo de las Ciencias y ahora hablan mal de la residencia María de Molina, extendiéndolo al Centro Nacional de Estudios Penitenciarios. Siempre que están en la oposición repiten su forma de actuar. Por favor, si no son leales a los que gobiernan, al menos sean leales con la ciudad.

Retomando el cierre de la residencia María de Molina en 2013, éste supuso un problema para muchos estudiantes que querían venir a Cuenca en el peor momento de la crisis económica, algunos de los cuales ni siquiera pudieron estudiar aquí por no tener plaza en una residencia. A lo que hay que sumar el problema que generó a los trabajadores, y también a la ciudad, puesto que cuando dejan de venir universitarios ésta se resiente desde el punto de vista socioeconómico, al tener menos jóvenes que, al fin y al cabo, utilizan los servicios y generan actividad.

Cuando Emiliano García-Page se convirtió en presidente de Castilla-La Mancha en 2015 nos encontramos con que esta residencia no tenía hecho ni el más mínimo mantenimiento. Y la realidad es la que es, cerrar recursos es muy fácil, pero reabrirlos cuesta mucho esfuerzo humano y material.

En cualquier caso hay que poner en valor que la residencia María de Molina forma parte en estos momentos de un conjunto de instalaciones que se han puesto a disposición del Centro Nacional de Estudios Penitenciarios, que es probablemente la mejor noticia que ha tenido la ciudad desde que fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Un recurso que va a generar actividad socioeconómica y, por tanto, riqueza.

El PP de Cuenca y su responsable Benjamín Prieto lo saben, y lo que verdaderamente les preocupa y, lamentablemente, les fastidia, es que este Centro Nacional de Estudios Penitenciarios haya venido a Cuenca de la mano de gobiernos socialistas a nivel nacional, autonómico, provincial y local. Las cuatro instituciones unidas, coordinadas y alineadas, porque si en alguna de ellas hubiese estado Benjamín Prieto y el PP hubiese sido imposible que viniese, pues siempre se han dedicado a poner zancadillas al desarrollo de esta ciudad y de esta provincia. Es más, lo único que se les puede imputar es que han estado trabajando durante ocho años para que Cuenca tuviera lo que no quería nadie en toda España: un cementerio nuclear.

Ya sabemos, además, que Prieto siempre estuvo en contra de la gente que en su momento se manifestó para que no se despidiese a profesionales de la sanidad, de la educación y de los servicios sociales, y para que no se cerrasen plantas del hospital, las urgencias rurales y las escuelas rurales. Es más, cuando se manifestaban, se les perseguía y se les multaba. 

Por la única escuela rural por la que se preocupó Prieto fue por la de su pueblo, que hizo todo lo posible y lo imposible para que se mantuviera abierta. Pero poco le importó que se cerrasen todas las demás y que se despidiese a los docentes. Eso no sólo le dio igual, sino que lo avaló.

Y ahora pretende erigirse como adalid de la educación, defendiendo todo aquello que él mismo destruyó durante su mandato. Ya no hay quien le crea.