Es noticia en Cuenca: Campaña DGT Balonmano Organismo Autónomo de Recaudación Piragüismo Efeméride Baloncesto Fútbol

Por la igualdad

El 8 de marzo no es solo una fecha en el calendario; es un recordatorio de la lucha histórica de las mujeres por la igualdad, un día de reivindicación de derechos y una llamada a la acción para eliminar las brechas de género que aún persisten en nuestra sociedad. En este 2025, los datos confirman que, a pesar de los avances legislativos y laborales, las mujeres siguen enfrentándose a una realidad marcada por la desigualdad y la discriminación.

Las cifras hablan por sí solas: la tasa de actividad de las mujeres sigue casi diez puntos por debajo de la de los hombres, y la tasa de empleo muestra una brecha de más de diez puntos porcentuales. La ocupación a jornada parcial, caracterizada por condiciones laborales más precarias, sigue siendo mayoritariamente femenina: siete de cada diez personas en esta modalidad son mujeres. Además, la brecha salarial sigue siendo alarmante, con un 21,12% de diferencia respecto a los hombres. Todo ello refleja que las barreras estructurales en el ámbito laboral continúan limitando el desarrollo profesional, económico y personal de millones de mujeres.

Pero la desigualdad va más allá del empleo. Las violencias machistas siguen siendo una lacra que no cesa. En 2024, 48 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, 9 menores murieron por violencia vicaria y 62 mujeres más perdieron la vida en otros feminicidios. Cada día se denuncian 14 violaciones y 55 agresiones sexuales en España, cifras insoportables que evidencian la urgencia de medidas más eficaces para erradicar la violencia de género en todas sus formas.

En este contexto, es alarmante el auge de discursos reaccionarios y políticas regresivas impulsadas por sectores de la derecha y la ultraderecha, que buscan desmontar los avances en derechos de las mujeres. El rechazo de Vox al pacto de Estado contra la violencia de género es un claro ejemplo de esta amenaza, al negar la evidencia de la violencia machista y bloquear medidas esenciales para su erradicación. La incertidumbre ante estos pasos atrás es una señal de alerta que no podemos ignorar. La igualdad de género no es un privilegio ni un debate ideológico, es un derecho fundamental y una cuestión de derechos humanos.

En este 8 de marzo, es imprescindible reforzar el compromiso colectivo para eliminar todas las formas de discriminación y desigualdad. Es necesario garantizar el cumplimiento de los planes de igualdad en las empresas, reducir la brecha salarial y fortalecer las políticas públicas con perspectiva de género. También es fundamental la dignificación del sector de los cuidados, altamente feminizado y precarizado, así como la implementación de medidas que promuevan la corresponsabilidad real en el ámbito doméstico y familiar.

El papel de la educación es clave en este proceso. Solo a través de la coeducación podremos construir una sociedad libre de estereotipos de género y violencia machista. Es urgente revisar los contenidos educativos para incorporar referentes femeninos en todos los ámbitos, especialmente en disciplinas STEM, donde las mujeres siguen estando subrepresentadas.

Desde los sindicatos, el movimiento feminista y la sociedad en su conjunto, debemos alzar la voz para exigir la aplicación efectiva de las leyes de igualdad y el fortalecimiento de los mecanismos de inspección y sanción ante cualquier forma de discriminación. La lucha por la igualdad es una cuestión de justicia social y democracia.