A la parrilla y al punto
De los creadores de Madrid o Barça, el Gallo o Belmonte, con cebolla o sin cebolla, de izquierdas o de derechas; llega ahora El Hormiguero o La Revuelta. La rivalidad entre ambos programas en este inicio de temporada le ha dado a la televisión un protagonismo que hacía mucho tiempo que no tenía. Después de años como líder indiscutible de la parrilla en el prime time, Pablo Motos está viendo cómo un tipo con un bombo, entrevistas no guionizadas y el Baby Shark le quita las pegatinas. Y todo, además, mientras El Hormiguero mejora, día tras día, sus audiencias de la temporada pasada. Y es que La Revuelta ha conseguido que vea la tele gente que llevaba años sin verla o, incluso, gente que nunca la había visto. Y como todo en España, se polariza. La gente se moviliza y parece que solo se puede estar a favor o en contra. Esto es así, especialmente, entre los seguidores de las hormigas. Las redes, están que arden. Incluso cuñas de radio anunciando el programa que han hecho los de Motos. Algunos ya han adelantado que esto es lo de siempre: el viejo mundo contra el nuevo mundo; la juventud contra la ancianidad. ¿Mi opinión? No entiendo la controversia. Todos han subido su audiencia, por lo que todos ganan; y hay una cosa indiscutible: El Hormiguero es un programa que siempre merece la pena ver aunque solo sea por la sección de Flipy.