Optimismo
El mes de noviembre, tradicionalmente complejo para el mercado laboral, ha dejado en Cuenca un balance que merece ser observado desde el optimismo. Aunque el descenso del desempleo ha sido mínimo, con solo cuatro parados menos respecto a octubre, estos datos no deben desviar la atención del panorama general. A nivel interanual, el paro en la provincia ha bajado un 4,62 %, y las cifras de afiliación a la Seguridad Social muestran un crecimiento sostenido, superando los 82.000 afiliados, un récord histórico.
Estos datos demuestran que, pese a las críticas de quienes insisten en desacreditar los avances, Cuenca sigue progresando. No se trata de triunfalismo, sino de reconocer que se están dando pasos firmes hacia una recuperación económica. Desde 2015, el paro ha bajado en más de 7.000 personas y la afiliación ha crecido en 10.000, cifras que hablan por sí solas.
El mercado laboral conquense también se prepara para la campaña de Navidad con previsiones positivas. Según Randstad, se generarán 1.500 nuevos contratos, un 17 % más que el año pasado. Este incremento, unido a la estabilidad laboral reflejada en el aumento de contratos indefinidos, refuerza la percepción de que la provincia está avanzando, aunque no tan rápido como quisiéramos.
El sector servicios, que ha registrado repunte en el paro este mes, anticipa un cambio de tendencia con el inicio de la campaña navideña, que arranca ya este puente de la Inmaculada, que, por cierto, al cierre de esta edición superaba una ocupación del 80 % de las plazas hoteleras de la provincia.
Con estas perspectivas, Cuenca afronta la campaña de Navidad y el cierre del año con optimismo. De hecho, como indicador, los artesanos y comerciantes que ocupan las casetas del tradicional mercadillo esperan superar las ventas del año pasado.
Este progreso no solo es fruto de políticas que buscan estabilidad y crecimiento, sino también del esfuerzo de empresas, instituciones y ciudadanos que apuestan por Cuenca como un lugar de oportunidades. La mejora es constante, aunque no tan rápida como se desearía.
Con todo, no se pueden echar las campanas al vuelo, queda mucho por hacer. La despoblación sigue siendo un desafío, y la generación de oportunidades para los jóvenes una prioridad que requieren esfuerzo continuo. Pero lo que no se puede negar es que Cuenca avanza, los números lo avalan. Eso sí, es importante mantener este rumbo, sin bajar la guardia.
