Memento Trump
El upcycling es un concepto anglosajón que se basa en la idea de convertir materiales que ya no son útiles en otros de mayor calidad con el objetivo de minimizar el impacto ambiental. Esto es algo que bien conoce Pablo Garrido (Cuenca, 1979). Arquitecto de profesión, siempre ha utilizado la luz para personalizar los espacios interiores, transformarlos y, bajo la premisa de fomentar la economía circular, hace años empezó a reutilizar objetos suyos que habían quedado obsoletos para convertirlos en lámparas y darles una segunda vida.
Siguiendo esta técnica, acaba de abrir sus puertas la tercera exposición donde una veintena de objetos transformados están presente bajo el paraguas de la iniciativa ‘Días de Arte Conquense’. La muestra se podrá visitar hasta el 25 de febrero en el Centro Cultural Aguirre, y ahí se podrá contemplar esa doble funcionalidad de los objetos que Garrido defiende.
“Las televisiones, los teléfonos o los electrodomésticos de antes tienen unas características materiales muy buenas, se hacían con intención de que duraran muchos años”, relata. Pero con el avance de la tecnología, muchos de estos objetos sí que se han quedado obsoletos. Y de ahí viene el germen de esta iniciativa, ya que esos objetos, “como tienen un valor sentimental incalculable, se merecen una segunda vida”.
Aunque en un principio las lámparas sí que procedían de objetos familiares transformados, a lo largo de este tiempo ha ido sumando utensilios de amigos y allegados. Garrido recuerda con especial ilusión cómo una vez transformó un antiguo Cinexin en una lámpara. “Mi amigo quería dárselo a su hijo, y para que siguiera siendo funcional, la transformé. Es de lo más curioso que he hecho, porque así este juguete permanecerá en la familia muchos años más”, expone.
Tal ha sido la “obsesión” en reciclar objetos que, sostiene, “esta actividad se ha convertido en un problema personal”. Parte de sus objetos también proceden de puntos limpios, mercadillos e incluso de la basura: “hay objetos como nuevos que te miran y te dicen que no se merecen ir al vertedero”.
En esta exposición en Aguirre ha echado de menos la presencia de Antonio Pérez. Él fue quien le compró el primer objeto transformado en lámpara en su primera muestra, y desde entonces siempre tuvo Garrido guiños hacia él. “Tuvo mucha influencia en mí con sus objetos encontrados, y hubo complicidad y admiración por mi parte hacia su persona”, reconoce.
Las lámparas transformadas de Pablo Garrido no solo han estado presentes en las tres exposiciones que ha llevado a cabo, sino que hace años, una de ellas apareció en un spot publicitario del chef gaditano Ángel León.
Al mismo tiempo, a parte de su estudio de arquitectura, Pablo Garrido también tiene sus redes sociales donde, bajo el nombre 1036.es (en Instagran y Facebook), quien quiera puede solicitarle la transformación de sus objetos queridos en una lámpara para continuar así con este concepto del superreciclaje.